miércoles, 15 de enero de 2014

Salvar el negocio


A veces pienso en qué sentido tienen estas cosas, en qué futuro se le promete a una modalidad de espectáculo (el término deporte le viene grande, seamos serios) cuya mayor hazaña consiste en que Leonardo Di Caprio participa en una de las escuderías que componen la parrilla, para colmo, que se diferencia de las otras con las cuales comparte elenco en los colorines, sólo en los colorines porque todos los monoplazas van a ser idénticos. También pienso en qué coño estamos pensando nosotros para no ciscarnos en todo lo que está escrito y en los muertos de esta gente en vez de transigir con que esta pantomima siga adelante como si hubiese descubierto el Mediterráneo.

De toda la vida han existido monoplazas carenados y si no los hubiera sería sumamente sencillo crearlos, lo que nos pone en lo ridículo que resulta que los cacharros de Agag & Company sean abiertos cuando la eficiencia energética que plantea la Formula E (leer sin tilde, por fa), a poco que conozcas los rudimentos de la cosa, se plantea como un contradiós que no hay por dónde cogerlo porque generan drag como para parar un carro, incluso en las llantas de 18" que van a ser utilizadas.

Llevan alerones, sí, pero para el caso patatas porque su aerodinámica es puro artificio. A ver, se proponen como limitados a 220 km/h, pero en circuitos que no alcanzarán a superar los 3 kilómetros de cuerda y además urbanitas de pelo en pecho, soñar con lograr los 180 en determinados puntos ya supone un esfuerzo para cualquier aficionado. Además, tocan a dos o tres coches por piloto, al menos eso dicen, porque no sería racional pensar en enchufarlos en boxes.

¿Alguien ha pensado en la cantidad de pilas que serán necesarias por prueba, en qué se hará con ellas cuando su vida útil haya concluido. Alguien ha calibrado lo que supone crearlas como coste energético como para llamar a esta ida de olla Formula E (seguir leyendo sin tilde, por favor)?

Los cacharros se parecen a los Fórmula 1 o a cualquiera de sus parientes porque en el parecido está la sustancia del invento. Vestirlos de coches eficientes supondría un desliz para la panda de caraduras que nos están vendiendo la moto, por lo cual, los disfrazan de deporte y alta tecnología y nos los sirven en estado puro que diría Gonzalo Serrano, en su estado puro digo yo, para que nos entendamos. O mejor dicho, se los sirven cruditos a los que no entienden ni papa, los mismos que acabarán siendo bobos consumidores de espectáculo, a poder ser el de Bernie, of course!

No tengo por dónde coger la Formula E (leedlo como os salga de aquel sitio, ahora os dejo) y tenía que decirlo, pero por algún sitio hay que tirar y me temo que esto es el futuro, nuestro y de nuestro deporte, y si no, al tiempo.

Imagino, un suponer, el trayecto de evolución de este invento y lo único que se me ocurre es que Lady Gaga participe en 2015 en la misma escudería que ahora milita Leonardo, que le coja el relevo, vamos, lo que sin duda resultaría bastante penoso para sus intereses y los nuestros. Eso o que pongamos cuatro en vez de dos aletas por flanco o acaso, que vayamos a circuitos más largos en los que en vez de dos relevos tengamos tres por carrera y piloto y se alcancen por fin los 220 km/h. como límite estratosférico, pero entonces nos daríamos de bruces con las necesidades de seguridad y ahí os confieso, que es donde menos veo este invento.

En fin, ¿os mola? A mí nada, para qué lo voy a negar. Conozco tres o cuatro formas mejores de salvar el negocio, pero si eso, otro día os las cuento.

Os leo.

2 comentarios:

GRING dijo...

Hoy te veo agresivo con el mundo. Leyendo el ensayo del nuevo BMW eléctrico o de los Tesla eléctricos para la calle puedes hacerte de cómo está esta tecnología en la actualidad. Que la Formula E puede ser una pseudo-estafa para embaucar ricos, no te lo voy a negar, pero prefiero esperar su deriva. Que el futuro del automóvil sea eléctrico 100%, tampoco me atrevo a pronosticarlo, pero lo que sí parece claro es que no va a estar basado en combustibles fósiles. La Formula E no será F1, ni parecido, pero sí puede ser el inicio de lo que vendrá. Un inicio tecnológicamente modesto en cuanto a prestaciones(aunque de gran complejidad técnica) pero que está envuelto en un magnífico papel de regalo, que es la única forma de captar capital para que la cosa funcione...o para que algunos listos se lo lleven crudo a paraísos fiscales. No me siento Julio Verne, ni Nostradamus ni siquiera Rappel en este tema. Prefiero esperar, ver y juzgar. Llámame cobarde, llámame cauto ...

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes Gring ;)

Puede que ayer anduviera explosivo en mi literatura, pero para nada estaba agresivo con el mundo, te lo prometo XDDD Otra cosa es que la Formula E me mata, me mata, me mata XDDD

Estaba preparando un artículo de fondo para DM sobre el tema y a cada paso e surgía la misma pregunta: ¿para qué?

¿Esto para qué es, esto otro qué aporta…? En tu exposición también lo planteas. la FE llega tarde, los automóviles híbridos ya están ganando en Le Mans y los eléctricos lo acabarán haciendo porque ya están en la calle y son razonablemente viables, y aquí creo que está el quid de la cuestión, porque la FE adolece de viabilidad.

Necesita pelas pero no sabemos para qué. El límite evolutivo prácticamente ha tocado techo porque el planteamiento de la experiencia en sí misma es bastante cortoplacista. Circuitos cortos y poco exigentes, y lo que es peor, soluciones para el espectáculo que dejan muy poco espacio a las innovaciones. ¿Por qué no intentar terminar una carrera con el mismo coche? Pues por lo mismo que la F1 hace pit-stops: para meter algo de interés extra :P

Siento parecer pesimista con esta historia pero me deprime que ni las soluciones aerodinámicas vayan en sintonía con esa idea de «fórmula verde», y no, no te llamo cobarde ni cauto. Yo esperaba más, mucho más y eso es lo que me joroba del invento: que parece una historia con punto final apresurado, un si te he visto no me acuerdo ;)

Un abrazote ;)

Jose