martes, 9 de septiembre de 2014

En Gorliz, a las tantas


Se llevaron al gudari el domingo pasado y todavía siento su calorcillo tibio entre mis brazos, cuando pillado en alguna trastada en el estudio, le regañaba primero para querer merendármelo vivo después... Noto su ausencia y también la nota Sura, su madre, la gata que mientras espera a que las cosas encajen para poder reencontrarse con su pequeño, busca refugio detrás de la pantalla del ordenador para jugar con el teclado, el cable y el ratón, y las manos que tratan de convertirlos en algo útil con que matar mis ratos y los vuestros.

El domingo, los optimistas caíamos en combate. Fue duro ver ceder la rodilla a Fernando, y a Kimi incapaz de sacar más de ese draco rosso que nos ha salido dolorosamente frágil en tiempos en los que no parece haber espacio para la fragilidad, en los que Tim Cook recuerda a Martin Luther King y Oriol Junqueras recuerda también a Martin Luther King, y seguramente mañana, quién sabe si Cristóbal Montoro, José Ignacio Wert o Pedro Sánchez, o cualquier otro, tal vez Pablo Iglesias, recordarán al hombre que una noche tuvo un sueño de conciliación que con el paso de los años se ha convertido en mercancía barata que lo mismo sirve para vender teléfonos móviles de última generación que ideas de todos los tamaños y colores.

Sura ha dejado en paz sus juguetes y duerme ahora con la cabeza reposando sobre la Beretta de plástico de la que os hablaba el otro día, la que me sirve para ahuyentar fantasmas y enfrentarme a los zombies.

Ferrari, sí, Ferrari. Sabíamos de sobra que iba a ser duro y creo que lo avisé aquí mismo hace algún tiempo [Nos van a partir la cara], lo que no impide que el domingo en Monza los tifosi diésemos por bueno el espectáculo ofrecido por La Scuderia en tierra sagrada con tal de que la tortura acabe de una puñetera vez. Que se ve que puede que no, seamos sinceros, porque todavía quedan otros seis asaltos en los que se hará necesario hacerse con algún escapulario con la imagen de Marco Mattiacci, poner alguna vela a la Virgen de Covadonga para que vele por el Nano y seguir gritando mientras tanto Forza, forza, forza!, a sabiendas de que lo peor aun podría estar por llegar.

No obstante, os confieso que sigo teniendo mi fe intacta. Sin fe somos muy poca cosa y en un mal momento, sin ella podríamos incluso dejar de divertirnos o de albergar esperanzas y tejer sueños.

Desde Gorliz, a las tantas, retomando las viejas costumbres, Sura y yo os deseamos las buenas noches recordando al pequeño saltimbanqui que ha llenado de alegría nuestro verano.

Os leo.

6 comentarios:

Aficionando dijo...

Murió Botín. A ver los ñúes cuánto tiempo tardan en relacionar ese hecho con una hipotética salida del que llaman "piloto de pago", incluyendo el tontaina que retransmite la F1 en Movistar, de Ferrari.
A mí ya me extrañó no ver al santanderino en Monza. Nunca se lo perdía.

Anónimo dijo...

...Y Montezemolo acaba de dejar la presidencia de Ferrari...
Esto sí que es un cambio de ciclo en toda regla... (ya lo habías dicho, que se iba Montezemolo).
Y Shumi vuelve a casa.

Al final hasta va a ser interesante el fin de temporada de F1 (o lo que sea esto ahora).

Por cierto, lo de Rosberg, descaradísimo: la primera pasada de chicane, pase; la segunda, en cuanto la vi, me dije lo que luego has escrito, que era lo que habían pactado internamente, dejarle ganar a HAM si había oportunidad. A ver qué se inventa para el GP que viene ;-)

Aficionando dijo...

Lo de Rosberg se hubiera podido hacer de forma más discreta. Radio: Nico, tienes un problema de sobrecalentamiento de los frenos, baja el ritmo. O simplemente con un cambio de estrategias en la entrada a boxes (una tuerca rebelde, una pistola que se atasca tres o cuatro segundos...).

Interlagos dijo...

¡Qué fuerte!

En el mismo día muere Botín, se marcha Montezemolo y Schumacher vuelve a casa (aunque a seguir recuperándose).

Ayer era la luna esa gigante, está claro que los astros algo confabulan y que está Ferrari de por medio. Últimamente estaba casi seguro de que Alonso seguiría en el equipo, pero esto me da qué pensar:

Se me ocurre Vettel a McLaren y Alonso a Red Bull. Perdonad estoy desvariando...

Un saludo!

Interlagos dijo...

Hablando con el corazón: nada me gustaría más que el proyecto que ha empezado Mattiacci culminara y viéramos a Fernando Alonso como campeón del mundo y a la Scuderia ganando el título homólogo. ¡¡¡Eso sí que sería un final de película!!!

Anónimo dijo...

Coincido con interlagos. Fernando tricampeón en 2016 con la cabeza alta.