sábado, 17 de abril de 2010

¿Qué demonios siente un piloto?


Carlos Barazal, en una de esas visitas guíadas a través del tiempo que firma, y que son como perlas negras en las páginas de Grand Prix Actual, comentaba en alguno de los últimos números de la revista, que el chueco se sentía incómodo en el interior del Mercedes-Benz W196 Streamliner de 1954 porque no veía las ruedas delanteras, y tras leerlo a mí me daba por pensar en cómo ha cambiado todo, y por preguntarme cómo sienten sus autos los pilotos ahora.

En aquella época, los conductores iban sentados sobre sus máquinas, gobernando visualmente una zona infinitamente más amplia que en la actualidad, a través de unas gafas que al de pocas vueltas al circuito se ensuciaban por el polvo y la grasa.

Cubierta la cabeza por sencillos cascos de cuero, sus oídos podían escuchar perfectamente el rugido del motor; sus pies percibían incluso las piedras que golpeaban la parte inferior del chasis mientras frenaban, embragaban o aceleraban; y sus manos, aferradas a un gigantesco volante que había que girar por completo dos veces para cambiar de dirección, trasladaban al piloto, como podían, las irregularidades del trazado a la vez que permitían el necesario cambio de marchas. Con la cara descubierta, el aire que la golpeaba afirmaba o negaba la velocidad correcta, convirtiéndose coyunturalmente en emisario de problemas propios o ajenos cuando olía a aceite quemado, a pérdida de gasolina, o a fuego. Con el cuerpo libre de ataduras, el centro del universo radicaba en el estómago del conductor, y bastaba con darse por enterado para gobernar las fuerzas que sacudían el vehículo cuando entraba o salía de una curva.

Hoy, el piloto va tendido en su monoplaza con los pies alejados del suelo, apresado por una sujección de seis puntos, aislado bajo un casco que le protege pero que también le impide sentir el aire, con sus oídos tapados por sendos pinganillos por donde recibe instrucciones y con los que se trata de anular en lo posible la estridencia que suponen las 18.000 revoluciones por minuto, con escape corto, que lo envuelven. Sus manos juegan a la Playstation mientras perciben no sé que cosas, pero intuyo que como sentían Fangio, Ascari, Trintignant o Gonzalez en 1954, los conductores actuales tienen que sentir muy parecido, aunque sea en frecuencias que se me antojan inimaginables, porque si no fuera así, correr como lo hacen sería sencillamente imposible.

¿Qué sienten los pilotos del presente? ¿Cómo comprenden el comportamiento de su monoplaza en un giro o en una recta? ¿Cómo saben que todo funciona? ¿Cómo perciben que algo falla? ¿Qué saben ellos que no entendemos nosotros? ¿Hacia qué zonas inaccesibles para el común de los mortales se han trasladado? Y lo más importante, ¿qué son capaces de sentir desde su encierro en urnas inespugnables y casi a prueba de balas?

Juro que pagaría por saberlo, por experimentar al menos una vez en mi vida las sensaciones que reciben sus cuerpos y que les sirven para conocer el punto exacto donde acelerar o frenar, para comprender dónde van pasados o dónde demasiado lentos; porque al igual que le ocurría al Juan Manuel Fangio que rescataba Charly en su artículo, el carenado me impide ver las ruedas y me siento incómodo.

4 comentarios:

Aficionando dijo...

Buen, pues ya está. Massa se va para atrás, Rosberg a un punto de Alonso y Button líder. Vettel muy lejos y Webber más todavía.

Aparte del error de Alonso en la salida, lo más destacable es la pésima gestión de las carreras que hacen en Red Bull. Parece que aún no se han desprendido de la mediocridad de Jaguar en este sentido. No es normal ocupar la primera y segunda posición y acabar sexto y octavo, casi la posición que ocupan ahora en el mundial.
Que Vettel siga enseñando dedito de number one cada vez que hace pole, porque en eso será primero, pero en carrera...

csm dijo...

Pues tienes razón, Aficionando, lo del dedito "rabioso" de Vettel en las Q3 de nada vale si en carrera no mantien el nivel...así que menos exhibición de "dedito" XDD
En cuanto a Fernando: el trompo de Australia, el error de estrategia y la rotura de motor en Sepang y la "jump start" de hoy en China con el consiguiente "drive through"...sumando, sumando, ya podía ir líder con diferencia...definitivamente, Josetxu, como decías atrás...¡ La mamma!!!!
Al menos, se ha visto hoy claramente dónde está Fernando y dónde está Felipe..vamos, digo yo que lo habrán visto en "la casa" ¿no? XDD.

Un besote

Iñigo dijo...

Orroe, me gustan mucho tus reflexiones y me he acordado de esta última tuya cuando he escuchado a Pedro decir que había sentido unas vibraciones raras y que se había dado cuenta de que todo se había acabado. Siempre vas delante. Enhorabuena.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días.

Aficionando ;) Horner no se ha enterado hoy, y llevas razón en arrogarle una buena parte de la culpa del pésimo comportamiento de los Red Bull. Saliendo delante las decisiones han sido tardías, y no es extraño que Vettel y Webber se hayan visto en el centro del pelotón sin margen de respuesta :P

Concha ;) La mamma tiene estas cosas, pero Fernando ayudará a enfocar las cosas. Yo confío en ello :P

Íñigo ;) Bienvenido ;) Estas menudencias me siguen inquietando XDDDDD Al final a lo mejor el centro neurológico de las nuevas sensaciones está en la columna vertebral XDDDDDDDD Sigo pagando por saberlo XDDDDD

Un abrazote

Jose