sábado, 28 de mayo de 2011

Quemando cromo


En un gesto instintivo, baldío, humano y totalmente comprensible y desesperado, Sergio Pérez soltaba las manos del volante para sujetarse con ellas el casco, mientras su Sauber buscaba descontrolado un lugar donde tirar el ancla tras salir herido de muerte de un encontronazo con las protecciones que perfilan el exterior del túnel de Montecarlo.

El mejicano ha tenido suerte, pero podía no haberla encontrado en su camino porque el golpe ha sido sencillamente brutal, como atestiguaban los laterales del maltrecho monoplaza que conducía hasta el momento en que éste se volvía ingobernable, autónomo y suicida. Loco de atar.

Mayo es un mes sembrado de cruces. Eugenio Castellotti, Lorenzo Bandini, Ayrton Senna, Gilles Villeneuve y Elio de Angelis, en F1; a los que cabría sumar los caídos en las 500 millas de Indianápolis: Chet Miller, Carl Scarborough, Manny Ayulo, Bill Vukovich, Jerry Unser y Bob Cortner; o los abatidos en otros combates, como Harry Schell (International Trophy). Mayo es un mes cabrón y malnacido, e instintivamente he recordado en qué fechas andamos cuando he visto a Sergio recorrer, desamparado, el tramo que le llevaba hasta un final indefinido que por fortuna ha resultado estar enmarcado hoy entre amagos de tiempos peores que no han de volver.

Pérez ha tenido suerte y con él nosotros, lo que no es óbice, como ha recordado Fernando, para que olvidemos que mientras nos divertimos, ellos se juegan la vida en cada curva y en cada lance de carrera, como antaño hacían los que no consiguieron sobrevivir y los que sobrevivieron para contarlo, aunque maltrechos (Karl Wendlinger).

Somos vulgares voyeurs, y bien nos viene de vez en cuando una cura de humildad como la que hemos tenido que soportar al filo de las tres de la tarde, cuando el Sauber número 17 comenzaba su particular naufragio en nuestras pantallas de televisor; cuando su piloto, en un gesto instintivo, baldío, humano y totalmente comprensible y desesperado, soltaba las manos del volante para sujetarse con ellas el casco, ya que se sentía infinitamente perdido.

Imagino al de Guadalajara cerrando además los ojos... Yo he hecho lo mismo.

4 comentarios:

csm dijo...

Josetxu,
me has puesto los pelos como escarpias.
En serio.
Por muy fuerte que haya sido el impacto, creo que no hemos calibrado la gravedad de lo que podría haber ocurrido. El hecho de que "sólo" tenga un esguince en el muslo y "no le haya ocurrido nada", nos hace infravalorar el golpe.
Cuando he visto la repetición y cómo se llevaba las manos al casco...me ha parecido un mundo el tiempo pasado hasta que impactó.¡Qué reacción tan fría y, a la vez, tan humana.
Jó, me has hecho pensar...Menos mal que no ha sido peor. Ojalá se recupere pronto, física y psicológicamente.
Le has hecho un homenaje precioso.
Un besote

Tadeo dijo...

Como siempre decimos, un piloto de F1 es un tipo que va a 300 km/h sentado a un palmo del suelo, hablando con su ingeniero en el muro y jugando a marcianos con el volante.

Las diferencias entre buenos y malos no suelen superar el segundo de diferencia entre ellos. Es muy fácil llamar paquete a alguien desde el sofá, tal y como nos recordaba Alonso.

A los que piensan así, les hago números:

La distancia entre Madrid y Valencia es de 350 km. Si un circuito suele tener alrededor de 5 km de longitud, la diferencia que el bueno le sacaría al malo al hacer este trayecto sería de 70 seg, un poco más de un minuto.

A veces no debemos criticar, debemos homenajear y alegrarnos de que no les haya pasado nada.

Saludos

Anónimo dijo...

Es cierto que a veces olvidamos que tiene mucho mérito lo que hacen y que es un deporte de riesgo. El golpe ha sido brutal y a mi me ha dejado mal cuerpo porque era el tercer accidente en esa misma zona y todos parecidos. Rosberg y Liuzzi tuvieron más suerte. ¿Algo está fallando, es casualidad? Esperemos que mañana no haya ningún accidente. Confieso que siempre veo Mónaco deseando que no pase nada.

Un saludo,

Susana

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas noches.

Concha ;) Por suerte ya pasó todo, aunque al menos ha quedado mi granito de arena para que no se nos olvide que se juegan la vida, y de qué manera ;)

Tadeo ;) Son grandes, con sus más y sus menos, pero grandes al fin, y la referencia de los 70 segundos es sencillamente cojonuda e incontestables. No lo había pensado, amigo, gracias ;)

Susana ;) Los coches siempre van por delante de todo, incluso de las medidas de seguridad, y ese es un factor a tener en cuenta siempre :P

Un abrazote

Jose