domingo, 4 de diciembre de 2011

Haciendo aquaplaning


Los finales de temporada suelen ser bastante sosotes salvo que la FIA se despeine y nos salga con una de esas cosas tan suyas, que parecen servir para tanto y que al final se quedan en nada, como de costumbre.

Este año nos ha tocado la lotería. La egregia institución que controla el cotarro armada con una enorme tijera de sastre, ha decidido dar carpetazo al manido tema de la flexibilidad de las superficies de los monoplazas, del alerón delantero, mayormente, cortando el asunto por lo sano tres años después de que el invento haya sido aplicado con éxito por Red Bull Racing y en el instante preciso en que todo quisque se ha dejado lo que no tenía en alcanzar a la austriaca.

Coincidencia o no, que no lo parece, la FIA llega tarde y como elefante en cacharrería, para sentar unas nuevas bases sobre las que disfrutar del espectáculo éste que llamamos F1, y aprovecho para decir que me sorprende que ahora callen los que alzaron las voces señalando con el dedo la perversión de un sistema que trató en Silverstone de materializar un parche a cuenta de los mapa/motor, puesto que el retoque a deshoras del reglamento, afecta a todo el trabajo llevado a cabo por las escuderías de cara al diseño de sus vehículos de 2012, significando a la postre una hermosa zancadilla a las expectativas de Mclaren y Ferrari, entre otras.

Pero hoy no quería poner en solfa la enésima tropelía de la FIA ni el silencio de sus adláteres, sino subrayar en rojo la importancia extrema que ha tenido desde 2009 el alerón delantero, y en amarillo, la sempiterna falta de datos que ha llevado al personal a estar mirando como posesos lo que ocurría en la zaga de los vehículos, debido, entre otras cosas, a que el caudal de datos con el que nos han empachado, tenía como foco principal el difusor, cuando no lo que sucedía en el splitter.

Por fortuna siempre hay un roto para un descosido, y si para 2012 ya se había planteado un escenario con los morros más bajos que en 2011, intuyo que el atajo normativo que nos acaban de servir en frío los encargados de velar por la pureza técnica en la Fédération Internationale de l'Automobile, supone una simple reiteración cautelosa que afecta más a la forma que al fondo, puesto que con menor altura con respecto al suelo, al diablo se le ocurriría flectar tanto como hemos visto el alerón anterior, aunque con demonios como Adrian Newey sueltos, a lo peor nos encontrábamos con sustos más sabrosos, ¿quién sabe?

En fin, doctores tiene la Iglesia, y aunque estos sigan haciendo aquaplaning a la menor oportunidad, mi opinión en este asunto es favorable, pues la de endurecer las pruebas se me antoja que ésta es una de las medidas más inteligentes que ha tomado la FIA, ya que el alerón delantero ha sido el quid de la cuestión de este fenómeno que ha hecho historia y que responde al nombre de Red Bull serie 5 a 7, de ahí que lo haya copiado hasta el Tato.

Os leo.

1 comentario:

csm dijo...

Cuando leí lo de la prohibición total de los alerones flexibles y, después de leer tanto artículo y tanta interpretación técnica de dónde podría radicar -o no- el misterio de la flexión, lo comprendí todo: Los inspectores de la FIA, siendo incapaces de dar con ello, lo atajan radicalmente. Lo que no se entiende, se prohíbe. O lo que eslo mismo: matar moscas a cañonazos. ¿Cuál será la siguiente?
Miedo me dan...
Un besote