domingo, 30 de septiembre de 2012

Vuelta y vuelta, bien hecha


Andaba preocupado porque ya han sido dos personas las que me han dicho en las últimas semanas que soy capaz de dar la vuelta a la tortilla sin cortarme un pelo. La cosa me viene de lejos, soy el hijo de en medio de una familia de tres vástagos y he hecho de la flaqueza virtud, total, que aprendí bien pronto los rudimentos del sobrevivir a base de ofrecer otras perspectivas para observar las mismas cosas. Mago en aquello de ofrecer alternativas, con el tiempo me hice diestro en el arte de la dialéctica —vieja disciplina que hoy está en desuso—, sobre todo en mi época de universitario, donde había que sacar la cabeza en las asambleas sí o sí. Me dijeron que era carne de cañón, que no prosperaría defendiendo a débiles o persiguiendo quimeras —¡Juan Carlos, cómo me has hecho ésto que me has hecho hace unas fechas!—, y me lo creí, hasta el punto de que no es el día en que no me acuesto sin haber certificado que he perpetrado tres o cuatro locuras de las que debería arrepentirme si estuviera cuerdo…

Dicen que tocan malos tiempos para los de mi estirpe pero soy reacio a creérmelo, y más desde que esta mañana, tras casi un mes de hacer pellas a mi TBO de cabecera, El País, me he encontrado en la revista El Semanal a Javier Cercas diciendo así: «Eso es la ironía: la llave que abre las puertas de la verdad, descubriéndonos que ésta es casi siempre poliédrica, que las cosas pueden no ser sólo una cosa, sino una cosa y la contraria. Esto no lo entenderán nunca los fanáticos, y por eso los fanáticos siempre han detestado la novela.» 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Y los sueños, sueños son


Llevo levantado desde las 5 de la mañana y hace un rato he aterrizado en la evidencia de que este mes sólo llevo escritos 11 miserables textos. Echando la vista atrás, observo con consternación que he dejado atrás Monza y Spa como si fuesen un plato frío que ha quedado libre al mediodía y que no apetece recalentar para la cena, y me he dicho que ya me vale, tal vez recordando épocas pasadas en las que a estas horas, precisamente, buscaba la F1 para regalarme un rato que sólo me pertenecía a mí.

No tengo excusa, lo sé, aunque a decir verdad, entre unas cosas y otras, reconozco que uno (yo) se va dejando embaucar por la premura de los afanes diarios y va abandonando lo que realmente le hace sentirse libre y único en el mundo, de manera que me he dicho, también, que de hoy no pasa, José Antonio (así me llama mi madre cuando me enfrenta la mirada), entre otras cosas porque ceder en las minucias, supone terminar perdiendo las citas importantes, las guerras que dirían los generales de cuello almidonado e insignias perfectamente alineadas.

martes, 25 de septiembre de 2012

Silicon Valley [Singapur]


No se alarmen, sólo es una muñeca… Mejor, alármense porque la muñeca de los cogieron parece una mujer real si no fuese por esos ojos que no miran, por esos labios que no tiemblan, por esa piel que no responde como haría el mar al ser acariciado por la brisa…

Singapur, sí… Dije el otro día que Singapur sobraba, que sirve de relleno para dilatar el calendario, de love doll para entretener a esa caterva de impresentables que harán como que caminan sobre las aguas con tal de que asimilemos de una puñetera vez que esto que nos sirven frío, puede ser considerado F1 en estado puro. Y admitía también que así y todo, soy capaz de tolerar el bendito Gran Premio más deslumbrante de la temporada, aunque éste encuentre su luminosa fortuna a base de sacrificar watios y watios.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Bienvenidos al purgatorio


Parece que fue ayer, pero la película de iluminar ciudades en el culo del mundo para que en la vieja sede de las raíces sexagenarias de lo nuestro, los aficionados que ven cómo sus árboles más viejos caen a puñados puedan disfrutar de las carreras a la hora de mayor audiencia, tiene ya sus añitos.

Nació como una propuesta sencilla que pretendía sentar cátedra, o incluso extenderse como una plaga para mayor gloria de Bernie Ecclestone y el consabido espectáculo. Consistía en iluminar medio mundo a la hora de la cena para que el otro medio, durante el almuerzo, paladeara las bendiciones de nuestro deporte riéndole las gracias a los patrocinadores. El lugar elegido: Marina Bay, en Singapur.

martes, 18 de septiembre de 2012

Felipe a las Pirelli en punto


Todo iba bien hasta que Montezemolo dijo algo el otro día sobre que a Sergio [Pérez] le faltaba algún hervor que otro para subirse a un coche rosso, y que de elegir a alguien, se quedaba con Vettel [Sebastian], zanjando con autoridad la herida abierta en el lomo de Il Cavallino a cuenta de la posible sustitución de mi Felipe [Massa] para el año próximo.

El padrino del mejicano tardó poco en afirmar que Ferrari no era el lugar adecuado para su pupilo, y las huestes del ¡ésta sí que es la buena! tardaron aún menos en subir a Hamilton a una Mercedes que mientras Daimler no diga nada, vale lo que valían las aventuras en pos de El Dorado…

sábado, 15 de septiembre de 2012

La mano izquierda de Dios


El optimismo vende mal en los tiempos que corren, así que voy a ser objetivo con los hechos que rodean en la actualidad al que debió ser el Campeón Mundial de F1 en 2008, a Robert Kubica, aunque advierto que voy a mirarlos a mi manera, enfocando en el lado que ha pasado desapercibido por lo que entiendo un exceso comprensible de cautela.

Dicho esto, a priori, podría parecer que tal vez no sería hoy el día más adecuado para hablar del de Cracovia, puesto que como es sabido, Robert ha estrellado su coche en el Rally de San Martino, pero hasta éste es un hecho que tiene su vertiente buena, ya que incluso Sébastien Loeb, Jari-Matti Latvala, Petter Solberg o Dani Sordo, se salen de la ruta cuando van a toda pastilla.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Munición de fogueo


Parece que fue ayer cuando tenía tiempo para engañarme libándolo dando algún que otro paseo o recordando en la piscina que hubo una época en la que vestía tableta de chocolate en el abdomen y que debe serguir estando ahí, debajo de los kilos que me sobran. Ha sido aterrizar en el trabajo y que no encuentre ni un instante para dedicármelo más allá de las horas que he invertido en sacudirme los fantasmas que me rondaban la cabeza a base de insinuar que me importan un pimiento, que es más importante el castillo de un pato y tener la editorial que parece un portaviones a la espera de órdenes, con la tripulación y los pilotos mirando el puente, esperando que el tipo que fuma en pipa y les observa cada mañana y cada tarde a través de los cristales, diga que el mar de los sargazos que lleva meses amenazando gangrena ha llegado a su término.

Es jueves, la semana se ha pasado volando y hoy, por fin, puedo respirar algo más tranquilo. Total, que tengo entre los papeles donde apunto las cosas de las que quiero hablar, a Robert Kubica y su mano izquierda, a los embudos del RB7, a Sergio Pérez y su futuro inmediato, a mi Felipe más Felipe que nunca, y un garabato que todavía no he sido capaz de descifrar (a saber cómo y cuándo lo escribí)… Resulta fácil, toca meterse con Angela Merkel.

martes, 11 de septiembre de 2012

Mirad a Halle


Uno está bastante escaldado de que le den gato por liebre día sí y día también, sobre todo cuando conoce de sobra al minino que le mira sinceramente a los ojos, y entiende, además, que las liebres corren libres por el campo y no suelen llamar a la puerta precintadas y con instrucciones para ser aceptadas en la familia, porque alguien, quien sea, dice que resultan ideales de la muerte como animales de compañía.

Por fortuna comparto vida con dos gatos, y lo menciono porque Hilargi, blanca, tranquila y mullida como la luna, y Bagheera, el trastillo de la casa, negro como la noche pero alegre como un mediodía soleado, me han enseñado a entender el mundo como ninguna liebre habría podido… Quiero decir con todo esto que vengo avisado en cuestión de felinos, y si hicieran falta aún más señas, antes que Hilargitxu y Baghy, diré que mis dueños se llamaron Sihaya y Guille en un tiempo pretérito, y que entre estos y aquellos he compartido muy buenos momentos con otros ejemplares de este tipo de animal doméstico al que también idolatraba Mark Twain, por tirar de un ejemplo a mano.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Cuento de hadas [Monza]


Lewis pareció perder sus opciones en Spa, cuando quince minutos antes del filo de la madrugada su MP4/27 se convertía en una vulgar calabaza tirada por ratones gracias a la contribución de un príncipe traspapelado de otro cuento que buscaba —¿cómo no?— a otra princesa.

Lo imagino planeando su venganza volviendo a los garajes belgas, pensando en Monza, valorando sus posibilidades reales y también las más decabelladas, soñando con salir de la cita italiana mirando de tú a tú a lo que queda de temporada...

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Papiroflexia para buscar la belleza


Hace tiempo escuché, o leí, no lo recuerdo, que Hunt era rematadamente rápido porque no lograba disfrutar con las carreras y quería terminar pronto con ellas... Al hilo, me resulta curioso que queriéndome reconocer en pilotos sosegados como Ickx, Stewart o el propio Alonso, el espejo, mi espejo, me devuelva constantemente la imagen de su reverso apresurado, alguien que sabiendo que debe ir lento por la vida, ha hecho de la velocidad su afán y su fortuna: ¿James?

En fin, dejémoslo estar aquí y descerrajemos un punto y seguido sobre el blanco de esta página, porque hoy se trata de saldar una antigua deuda con mi viejo compañero de armas J-Car, quien hace la intemerata me propuso que mencionara la primera y única experiencia —si no me voy de baretas—, de la motorista Cosworth diseñando monoplazas.

Amplificador de bajos


Toca hablar de Kimi, de nuevo, como el otro día y hace mucho o no tanto; como habrá que hacer siempre que se pueda, porque es una maldita referencia y ha llegado a la chita callando hasta postularse como un auténtico peligro con el que habrá de contar Fernando de aquí a que termine todo.

Bien sabéis que acabada la pretemporada no daba un chavo por este E20 que sigue sorprendiéndome para bueno, que ante las numerosas evidencias de su nobleza aposté a que a partir de Spa todo iba a ser distinto porque las pelas llegan para lo que llegan, y tratar de estirarlas acaso da para vivir hasta el ventiuno de cada mes, para que a renglón seguido toque cruzar los dedos soñando que el ventinueve nos ingresen la nómina o nos paguen las facturas por aquello de salvar el culo cuando toca salvarlo sin que nos llamen a la puerta. Y el caso es que ahora me reventaría llevar razón en mis pronósticos, entre otras cosas porque sobre un E20 va una grandiosa parte de lo mejor que tiene la F1.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Risto, que estás en los cielos


¡Más cornás da el hambre!, como diría aquél, mi amigo, aquel a quien endoso las llagas de mi propia carne cuando están abiertas y no sé a quién recurrir. 

Hace no tanto, se miraba con ojos almibarados y enamoradamente brillantes, la jubilación de pilotos hechos y derechos, quienes fueron sustituidos por púberes que aun habiendo pagado por su asiento, merecían aquello de una oportunidad. Y hoy —cosas veredes, Sancho—, lunes después de Spa, ya hay quienes piden su cabeza porque resultan en extremo peligrosos para un deporte de titanes en el que hiere al respetable intuir siquiera el olor a sangre.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Una tarde en Spa [Spa Francorchamps]


El reinicio de la temporada no podía haber sido más sabroso: Pastor que se despendola y tira por la calle de en medio con el semáforo todavía en rojo, la peña que se pone nerviosa, y Romain que pierde los papeles ejecutando para sopresa de todos un déjà vu de su salida de Mónaco, llevándose puestos a Lewis, a Sergio y a Fernando...

Cuatro pilotos por el precio de uno, ¡y a qué precio!, como diría aquél. Total, que después de que Maylander devolviera su coche a su plaza en el pit-lane tras haberle quitado el polvo durante algunos giros, en la reanudación de la prueba, Pastor, otra vez, se queda compuesto y sin novia, es un decir, dejando que la cosa trancurriera como quedó escrita ayer, cuando Jenson decidió hacer de tripas corazón y enseñar la señal de stop a las adversidades que le han aquejado en lo que llevamos de temporada, calzándose la pole position.