domingo, 4 de noviembre de 2012

Ora pro nobis peccatoribus


A pesar de que sabemos de sobra que permanecer bajo la luz de los focos resalta los arañazos en superficie más imperceptibles, Ferrari sigue siendo hostigada por propios y extraños hasta el punto de aparecer totalmente distorionada.

El F2012 no es un coche avasallador, tal vez ni siquiera triunfador, lo que no impide que en la actualidad esté defendiendo la segunda posición en el Campeonato de Marcas y que además esté luchando por el de Pilotos, aunque ambas circunstancias pasen a menudo desapercibidas en plena orgía de críticas.

En lo más hondo de mi corazón agradezco este estado de cosas. Los vehículos avasalladores me gustan en lo mecánico y aerodinámico —creo sin pretensión de faltar a la verdad, que soy el tipo que más líneas ha dedicado a la saga RB5 a RB8 de Red Bull—, pero me aburren sobremanera, así como me tiran para atrás los episodios protagonizados por Michael Schumacher en 2002 y 2004, o el reciente de Sebastian Vettel en 2011. Dicho lo cual y volviendo al hilo, como aficionado prefiero el proceso de destilación que ofrecen las temporadas equilibradas donde escuderías y pilotos pelean más o menos con las mismas o parecidas armas, porque simplemente son más entretenidas aunque no por ello estén libres de producir sustos.

Mal que queramos, el espíritu normativo impuesto en 2009 trataba de garantizar la mayor igualdad posible entre los diferentes equipos (otra cosa es si se ha conseguido o no) tras los desbarres que habían tenido lugar en la etapa anterior, de manera que hoy más que nunca podemos decir que todo o casi todo está tasado y medido al gramo y al milímetro.

En este orden de cosas, podemos coincidir en que innovar es harto complicado porque los márgenes para hacerlo son cada vez más reducidos. Obviamente sigue habiendo sitio para la creatividad, para esa forma de entender el diseño de monoplazas tratando de buscar los límites normativos para superarlos con sutileza o con toneladas de artimañas, pero así y todo, el modelo sobre el que trabajan los ingenieros está bastante definido y acotado en sus límites como para permitir hazañas con él.

Quiero decir con todo esto, que las diferencias existentes entre diferentes vehículos como el MP4/27 de McLaren, el E20 de Lotus, el W03 de Mercedes AMG, y por supuesto el RB8 de Red Bull o el F2012 de Ferrari, tienen que ser siempre mínimas, y que por tanto, su diferencia en prestaciones depende más de la gestión de los matices que de otras circunstancias. 

Huelga decir que bajo este humilde prisma, bestias pardas como el RB7 deberían ser consideradas como anomalías que da el deporte de tanto en tanto y no exponentes de lo que podríamos pedir a cada temporada. En este sentido, el F2012 me parece un buen coche que está pasando por una etapa negra como las que pasaron el RB8 a comienzos de sesión o el MP4/27 en verano.

No me cabe duda de que a los ferraristas y alonsistas esta situación no tiene por qué resultarles agradable, ni mucho menos, pero como decía antes, personalmente me gusta el aliciente extra que supone que se nos esté acabando el año y sin embargo, sigamos acercándonos al televisor o a los circuitos por ver qué pasa.

Mater dei ora pro nobis peccatoribus...

2 comentarios:

GRING dijo...

Pero llama mucho la atención los tremendos saltos cualitativos que han dado algunos equipos este año, cuando siempre se habla de ganar 2 décimas al introducir mejoras y ver lo que ha conseguido RB o Mclaren en Abu Dhabi, incluso Lotus o la infravalorada Williams (vaya ¿tendrá algo que ver el motor Renault?) y que Ferrari sigue más o menos a la misma distancia de la cabeza en términos de tiempo por vuelta. Esa perfecta imperfección del F2012, el coche más denostado por todos los expertos comentaristas british y sus seguidores hispanicus desde el principio de temporada (antes en pretemporada), que se tienen que estar comiendo con fish and chips todas sus palabras al respecto,lo que deja entrever es una posibilidad de desarrollo tremenda pero necesitada de mucho trabajo de todo el equipo para comprender todas las variables.Cuando den con las teclas adecuadas será insuperable.Y el maestro Orroe es su máximo valedor desde el principio.De los poquísimos que han acertado. A mí,como aficionado, me encanta cómo se está desarrollando esta sesión.No me gustan los desfiles militares.Prefiero conseguir las cosas con mucho trabajo y mucho esfuerzo.Con toneladas de pasión.Si te quedas en la orilla, al menos tienes la tranquilidad de haberte vaciado. Y en este sentido no me han gustado las últimas palabras de Fernando tratando de justificar una posible derrota en su lucha contra unos titanes.Eso ya lo sabemos todos.Prefiero al Fer luchador y apoyado 100% en su equipo,centrado en darlo todo, sea cual sea el final que le depare el destino.Un saludo y suerte para hoy.

Interlagos dijo...

Lo cierto es que el Ferrari es como ese buen alumno que no incordia y que tampoco destaca especialmente en nada. Su mayor cualidad es la fiabilidad y la constancia.

Mientras otros coches (Red Bull, McLaren en cabeza;Sauber, Williams, Force India en el medio) parecen haber vivido una montaña rusa durante el año con momentos de euforia y otros en los que no se daba un pimiento por ellos, el Ferrari se mantiene siempre en una zona: del 4º al 8º en calificación y algunas posiciones mejorese aun en carrera.

Tan solo al principio de año iba realmente mal, pero Fernando y Malasia se encargaron de arrerglar el entuerto.

Realmente bien no ha ido nunca. Las poles fueron producto de la lluvia. Para ver qué coches han rendido en ciertos momentos a altísimo nivel sólo hay que ver las poles...

P.D.: A Hamilton le ha mirado un tuerto. Difícil recordar una temporada en la que tu equipo te haga perder tantos puntos merecidamente ganados en la pista.