martes, 1 de enero de 2013

Ahora que sabemos [G.P. Malasia]


Una semana después de la celebración del G.P. de Australia, el 25 de marzo, se disputaba el de Malasia sobre el circuito de Sepang.

La cercanía temporal de ambas pruebas origina que los vehículos lleguen a ambas con apenas cambios en sus definiciones, ya que no hay tiempo material para traer nuevos componentes desde las bases de los equipos, ni por supuesto para implementarlos. Esta situación que a priori puede parecer menor, sin embargo acarrea que dado lo diferentes que son Melbourne y Sepang, las escuderías busquen una solución de compromiso que dé respuesta a los requerimientos de las dos carreras.

En este sentido, la buena forma mostrada por McLaren en Australia proponía a la de Woking como una de las más firmes candidatas a la consecución de la victoria en Malasia, y de la misma forma, las carencias escenificadas por Ferrari en el quinto continente, parecía que podían preludiar en Sepang una nueva debacle rossa… Pero la lluvia hizo acto de presencia, como viene siendo costumbre año tras año, para dar la vuelta a las cosas y por supuesto, para tumbar todas las quinielas.

Lewis Hamilton y Jenson Button volvían a salir desde las primeras posiciones de parrilla tras una clasificación impecable. Tras ellos, estaba de nuevo Michael Schumacher, esta vez por delante de Mark Webber. Fernando Alonso salía octavo, detrás de Sebastian Vettel.

La prueba se desarrollaba en sus primeros compases sin sobresaltos en cabeza, bajo una lluvia que comenzaba a arreciar. Schumacher trompeaba pronto perdiendo todas sus opciones, Romain Grosjean se descartaría al de poco tras haber firmado una salida de enmarcar, para abandonar definitivamente en la vuelta cuatro. Hamilton lideraba cómodamente la carrera seguido de Button, Webber, Vettel y Alonso.

Para la vuelta seis, la mayor parte de la parrilla ya había cambiado a compuestos de lluvia extrema. Vettel había perdido su posición a favor de Alonso, y Pérez, que había sustituido gomas en el giro dos, se encontraba detrás de los McLaren y delante del número 2 de Red Bull, pero la lluvia seguía imponiendo su ley y sin haber concluido el giro nueve, se neutralizaba la carrera después de cuatro vueltas con la presencia del Safety Car en pista.

Transcurridos casi 50 minutos de interrupción, la prueba se ponía de nuevo en marcha con el Coche de Seguridad en cabeza. En el relanzamiento, Jenson entraba a boxes dejando el camino libre a Sergio. Fernando y Mark se enzarzaban en una bonita lucha de la que el asturiano saldría vencedor. A la vuelta siguiente, Hamilton entraba a garajes pero sufría de tráfico en el pit-lane. También lo hacía Alonso, y en la dieciséis, Pérez, tras haber liderado la carrera durante unos giros en los que Button se descartaba al tocar el HRT de Karthikeyan.

A partir de ese momento, Fernando parecía enfilar hacia la victoria mientras en Ferrari cruzaban los dedos para que siguiera lloviendo, cosa que no ocurriría. En el giro 39, Alonso pasaba por garajes para cambiar al compuesto más blando. En el 40, Hamilton y Pérez hacían lo propio, aunque en Sauber optarían por poner al mexicano las gomas más duras de seco, acertando de lleno.

De nuevo, lo impredecible del comportamiento de las Pirelli iba a granjearnos alguna que otra sorpresa. Teóricamente los neumáticos medios (los más blandos en Sepang) ofrecían un arco de rendimiento lo suficientemente amplio como para que el Ferrari del asturiano saliera airoso. No obstante, el duro, tipo de goma estrenado como prime en el circuito malayo, una vez alcanzado el rango de rendimiento óptimo, se iba a mostrar como el neumático adecuado para enfocar los últimos giros de la carrera.

Así las cosas, durante los compases finales del G.P. de Malasia asistimos a una batalla trepidante de la que Fernando salió vivo porque Sergio cometió un error que le impediría conseguir una más que merecida victoria. Alonso, primero; Pérez, segundo; Hamilton, tercero; Webber, cuarto; y Raikkonen, quinto, por delante de Bruno Senna.

La carrera, marcada de manera indeleble por la lluvia, supuso una agradable sorpresa. Los McLaren no eran el coco. Ferrari no estaba muerta. Y la fragilidad de Red Bull nos mostraba que lo ocurrido durante 2011 no iba a ser la tónica de 2012… ¡Qué equivocados estábamos!


1 comentario:

J-CAR dijo...

Si quitas el sonido, rebobinas hasta ese rato en que estuvieron paradas las fieras debajo de sus carpas, observas la actitud de Fernando, y tratas de adivinar sus pensamientos y los diálogos que mantiene puede ser bastante curioso. Mientras los demás parecen esperar a que pase la tormenta a Fernando le ves mirar hacia delante, hacia atrás, hacia delante, y cavilar. Habíamos empezado lejos pero ahora tenemos el podio a tiro de piedra. No hemos ido mal con las gomas de lluvia, olvidemos Melbourne. Empieza una nueva carrera, si lo hacemos todo bien y con un poco de suerte... quien sabe... ¿En que va a consistir "hacerlo todo bien"?
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!