domingo, 27 de enero de 2013

Un zorro entre gallinas


Bernie, en fechas recientes, ha quitado importancia al hecho de que El Pacto de la Concordia siga sin haberse firmado y no se prevea que vaya a ser rubricado en un futuro cercano. Por tanto, es él y nadie más, quien tratando sin duda de quitar hierro a un asunto bastante feo, sitúa su dedo índice con dirección a la llaga que más supura de nuestro deporte, la de la falta notoria de entendimiento entre sus partes.

Así, un año más, de nuevo, los integrantes de El Circo se han puesto de acuerdo en no ponerse de acuerdo, válgame el requiebro, sin duda porque este acuerdo tácito y no escrito que sigue vigente como un contradiós, satisface mejor las aspiraciones de las escuderías, la FIA y el FOM, que si aquéllas y éste rubricaran de puño y letra que quieren liarse a puñaladas por ver quién consigue más en el bis a bis con el tipo que reparte las cartas, las baraja y las pone sobre la mesa según su octogenario arbitrio.

Si no me yerran las cuentas, en toda negociación donde no es posible un acuerdo, lo que suele fallar es el objetivo mismo del intento de entente. Los acuerdos suelen no llegar a buen puerto por puro enfrentamiento irreconciliable —las partes no ven satisfechas sus respectivas demandas—, o porque el acuerdo resulta nulo de inicio —las partes no aspiran a llegar a ningún acuerdo aunque afirmen lo contrario—. En este sentido, la F1 está mostrando una vez más, siempre bajo mi humilde punto de vista, que está a gusto en este caldo de cultivo de miserias en el que se ha convertido El Pacto de la Concordia original, un lugar común que con el paso del tiempo sirve para entretener a la galería y al respetable, barnizando de respetabilidad el asunto, pero que falto de contenido auténtico, ha derivado en una suerte de excusa doctrinal y en cierto modo muy amable, que sirve lo mismo para un roto que para un descosido, mientras se maceran ad nauseam las posiciones adquiridas cuando el pacto de los cogieron tenía un mínimo sentido.

Llegado a este punto, tengo que decir que no me importa tanto que Bernie admita que hace de zorro en gallinero, como que los equipos y la propia FIA admitan y se conformen con ser las gallinas del gallinero como si otro tipo de mundo no fuera posible.

Por desgracia me las he tenido que ver en los tribunales. Por suerte puedo decir que he tenido la fortuna de que mis espaldas hayan sido cubiertas siempre por abogados honestos que han buscado antes el entendimiento que el litigio. Mi hermano es abogado. Mi sobrina mayor, también. Entre mis amigos entrañables hay ahora mismo figuras prominentes del mundillo del derecho o expertos de los auténticos en patentes, marcas, derecho mercantil y propiedad intelectual. Todos ellos, sin resquebrajo ni ausencias, me tienen dicho que si dos personas están de acuerdo en cumplir una cláusula, no hay razón para que ésta no aparezca en un contrato, lo que me lleva a pensar en lo que no quieren firmar (léase aquello que temen significar con su firma), la gentuza que diciendo que busca un acuerdo, se conforma con tolerar que Bernie afirme en público que carece de importancia que no haya sido firmado y que se prorroga porque él lo vale (al británico me refiero), ya que en el fondo es un acuerdo entre caballeros.

A ese tipo de caballeros, hace no tanto, se les embadurnaba de brea y se les cubría de plumas antes de tirarlos al Mississippi como Dios los trajo al mundo, eso sí, bastante más deteriorados en su físico y en su ego.  Así que no veo por qué no podemos llamarlos ahora por su nombre, tahúres, o referirnos a ellos como gallinas que se conforman con que un zorro de sienes plateadas les pastoree a su completo y senil antojo.

5 comentarios:

csm dijo...

100% de acuerdo contigo, Josetxu; cuando dos partes están de acuerdo en cumplir algo, no debería haber ninguna reticencia para ponerlo por escrito.
La cuestión es cuando ambas partes saben de sobra que lo que firman es papel mojado, no tienen el mínimo interés en firmarlo, ni siquiera por guardar las apariencias.
De todos es sabido la utilidad de los "recortes" en el gasto y las sospechas de que los equipos fuertes se han gastado mucho más de lo convenido. Todos sabemos que, bajo cuerda, desde tiempos ancestrales Bernie ha dado y quitado según interesaba...pero luego que no se quejen las escuderías, son tan responsables como el zorro ...
Muy buen artículo.

GRING dijo...

¿Y si Bernie fuera primus inter pares de una manada de lobos?.Las claúsulas sí tienen un límite:Una norma superior.Cualquier acuerdo firmado por dos partes que contravenga una norma será nulo, como poco.Todos estos lobos se manejan mejor en un territorio sin leyes,asi que, cuanto menos haya, mejor para todos.Un saludo

Aficionando dijo...

Ya estás tardando en comentar el nuevo Lotus. ¿Más de lo mismo?

Jose Arce dijo...

Bernie está asfixiando a escuderías y circuitos. Y sin eso no existe la F1. ¿No le va a parar nadie los pies?

Panoramadelmotor dijo...

Creo que el deporte moderno en general no es tan limpio como en todos sus comienzos, lo que va en detrimento del espectaculo