sábado, 10 de mayo de 2014

Renault y sus cosas


Hay que ser muy cabrón y bastante papardo para zumbar a Seb porque esta tarde, sin coche, no ha podido hacer gran cosa y mañana lo tendrá peor porque ha cambiado gearbox.

Os voy a ser sincero. Estaba esperando que los que en años anteriores nos pedían a los demás que hiciésemos algo de autocrítica, la ejerciten ahora que a todos nos hace falta explicar cómo es que el tetracampeón más joven de la historia anda poco menos que dando cabezazos por los circuitos.

Mañana puede remontar o hacer incluso podio, o ganar, pero sinceramente me importa un pimiento. Lo que me jode es las veces que he tenido que soportar que me digan que odio a Vettel porque le he cuestionado, cuando a la hora de explicarlo no da un paso al frente ni Cristo y voy a tener que ser yo, el condescendiente para unos y el hijo de su madre para otros, el enemigo de todos, quien salga esta tarde a romper una lanza por el de Heppenheim ya que considero que lo que le sucede en la actualidad no es tan extraño como parece.

Seb es un tipo inseguro, lo que en sí no es bueno ni malo. Hay otros pilotos como Pastor Maldonado que parecen resortes de lo seguros que están de sí mismos, pero Sebastian, como digo, necesita estar rodeado de seguridad para sentirse cómodo. Cómodo desde la pole; cómodo en un vehículo que se le ajuste como un guante de gamuza; cómodo con unos neumáticos que respondan como está previsto; cómodo para buscar la identidad más apropiada en sus cascos; cómodo sabiendo que nadie le molestará en pista; cómodo, en definitiva, para concentrarse única y exclusivamente en ofrecer sobre el asfalto todo lo que lleva dentro.

Tanto es así que en años anteriores las novedades técnicas se las encalomaban primero a Mark para que las probara y si funcionaban, pasárselas inmediatamente a Seb. Pero claro, a ver quién es el arrojado en Milton Keynes que con la que está cayendo le pone a Daniel una perita en dulce entre las manos...

He criticado tanto y tantas veces lo nocivo del ambiente que rodea a Vettel que incluso me da pereza referirme de nuevo al viejo asunto. Y es que sospecho que algún inteligente (¿Marko?) ha pensado que Sebastian aguanta lo que le echen y por mucho que algunos se empeñen, no es así ni falta que le hace.

Kimi por ejemplo, pasaba de líos y admitía aquello de «lo que diga Pedro» sin que nadie con dos dedos de frente se lo haya recriminado para desmerecer su aureola como piloto. Pero a Vettel le está pasando lo que a Hamilton en 2010, que le dejaban tocar en McLaren incluso el setup de su vehículo, y así le iba luego.

En fin, no me distraigo. Seb está incómodo porque lleva desde enero sin dar pie con bola gracias a la otra protagonista de esta entrada: Renault, la empresa que ha gastado lo que no está escrito en cacarear las bondades de su unidad de potencia pero cuando tocaba estar en primera línea de fuego, se llamó literalmente andanas.

Con cuatro pruebas transcurridas no hay que ser muy inteligente para comprender que la gala la cagó estrepitosamente llegando tarde y mal a Jerez y con la lengua fuera a Sakhir, impidiendo en el trayecto que los equipos a los que suministra motores rodaran lo suficiente como para evitar los problemas que han sufrido en este inicio de temporada. Y es que no hay más que ver cómo andan Caterham, Lotus, Toro Rosso o Red Bull, para entender de dónde demonios vienen lo problemas que están sufriendo las cuatro.

Hace tiempo escribí Renault la pifia y por poco me ponen pasquines por las calles con mi fotografía bajo un Se Busca bien grande. No me arrepiento en absoluto de lo que dije pero me quedo con aquello que escribí el pasado 30 de enero: «Hardware o software, qué más da si el resultado ha sido que Sebastian no se ha comido ni un miserable colín en los dos días que tenía previsto rodar y rodar.»

Seb se muestra inseguro y está incómodo, porque ha rodado muy poco y ha mordido quizás demasiado polvo. Tal vez el lumbreras que planteó que el alemán era el tipo más adecuado para estrenar el nuevo chasis no tuvo en cuenta que hasta las más robustas acémilas caen al suelo a poco que el peso que llevan encima sobrepase sus fuerzas, pero es lo que hay y lo que tenemos: un piloto que necesita confianza rodeado de incertidumbre, un conductor que necesita estar cómodo como otros precisan de una guindilla en salva sea la parte, sobre la cuerda floja. Total, todo por Renault y sus cosas...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo en eso de la inseguridad de Vettel, pero si la loteria que representa probar un chasis de comienzo de temporada, si escogieron esa opción entiendo que es en conjunto y no hay que lamentarse por ello, cada uno es libre de tomar riesgos.
Pero te confieso que es mejor ver al alemán con problemas ya que conforme los vaya solucionando creo que veremos su talento.
Soy seguidor de Vettel en las buenas y en las malas y hoy toca estar ahí.
Es un gusto leerte desde Perú ya que siempre es bueno conocer las distintas opiniones y mas si es de una persona que conoce del tema

Saludos.
Nilton