martes, 23 de septiembre de 2014

La pila de botón


Nos cachondeamos de lo lindo en el Gran Premio de Bélgica, cuando el coche de Fernando quedaba varado durante el warm up y los mecánicos de Ferrari no atinaban con la batería portátil, pero lo que le pasó a Nico el domingo pasado, también tiene su tela.

El volante no funcionaba, así, como lo leéis...

Será cuestión de distancias o de dimensiones, que tanto da, pero que a un tipo que sale segundo en la parrilla tras haber quedado en calificación a tan solo 7 milésimas de quien ha obtenido la pole —que se juega el campeonato y los galones además, en un circuito tan ratonero como Marina Bay con su compañero y archienemigo, el poleman, para más señas—, le falle el volante sin haber rodado una miserable vuelta, suena a cualquier cosa menos a justicia poética, que diría mi añorado Prostvuelve.

Entendedme, que le dices a cualquiera que un piloto ha perdido el liderato de la clasificación de pilotos porque se le ha jodido el volante y lo primero que piensa es que la avería ha sido grave, sí, pero en plan el aro del mismo se ha deshecho entre las manos del conductor o la columna de dirección se ha ido literalmente al carajo en cuanto este la ha girado unos grados; o que se ha desprendido sin más, como le ocurriera al gran Tazio Nuvolari en nuestro más épico pretérito.

Pero no, el volante de un moderno Fórmula 1 es tan complejo y a la vez tan vital, que tienes que tirar de manual de instrucciones para explicar a tu contertulio que el asunto es más o menos parecido a cuando en el puente de mando de la Enterprise, fallan los plomos y Mr. Spock tiene que encender una vela de a tres perras de las de antes para ver qué coño está sucediendo.

Patético. Mala cosa, sin duda, porque Rosberg se quedaba sin puntuar por una bagatela y porque si Ferrari había hecho el julai en Bélgica, Mercedes quedaba peor en Singapur aunque la prensa no se hiciera eco del suceso. Que sí, que estuvo bien lo de sacar los colores a la de Maranello porque nadie tenía previsto que había que disponer de una batería de reserva, pero que no se haya mencionado siquiera que la de Brackley no tuviera a mano una pila de botón...

—Eso va a pilas, ¿no?

—No exactamente...

—Bueno, pero con una pila del chino el sistema se podía haber reiniciado, ¿no?

—¿Qué quieres que te diga, a lo mejor sí o a lo peor hacían falta dos?

—¿Pero esta gente no tiene tela para comprar pilas?

—Claro que la tienen...

—¿Entonces?

—¿Y qué cojones quieres que te diga?

—No sé, que un volante tan guachi falle por una puta pila...

—Yo no he dicho que vaya a pilas...

—¡Pero si me acabas de decir que lleva dos...!

Ya os comentaba antes que será cuestión de distancias o de dimensiones, pero mientras me aclaro, os leo.

4 comentarios:

GRING dijo...

Las fuentes mejor informadas aseguran que Mercedes llamará a revisión a todos los coches de serie para verificar la electrónica de los volantes, taxistas incluidos.
Si alguien ha estado recientemente en Lisboa,le habrá llamado la atención la flotilla de taxis de la marca germana con sus veintitantos años a cuestas (nunca mejor dicho)que "não troco por novo,porque será pior". Pues eso: Cosas de la modernidad.
Un saludo

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

O sea, Gring, que sí lleva pila, ¿no? XDDD

Un abrazote, compañero ;)

Jose

Interlagos dijo...

Aquí el único que no entiende la gracia es Nico Rosberg.

Un abrazo!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Inter ;) Me temo que sigue sin entenderla, porque en Suzuka, la cosa no mejoró :P

Un abrazote

Jose