martes, 18 de noviembre de 2014

Sami en Maranello


Que Ferrari en la actualidad parece una jaula de grillos, no lo puede negar nadie salvo los incondicionales más ciegos. 

Kimi se ha vuelto locuaz mientras Mattiacci sigue soplando huesos y Sebastian, anda sorteando el apellido de il capo por lo liarla mientras la lía casi sin querer, o quizás queriendo... La rossa está lista a la espera de lo que proponga Allison para 2015, de que lleguen los refuerzos miltonkeynianos para ponerse a trabajar con la inmediatez del rayo, de que el departamento de motores engorde lo que dejó flaco Marmorini y de que alguien, ¡por Dios!, diga en voz alta lo que sabe hasta el Tato en el paddock.

¿Tanto cuesta dar por zanjada la etapa Alonso...?

Pues sí, para qué vamos a decir lo contrario. Visto lo visto, cuesta cerrar esa herida y dar paso a la nueva era que liderará, es un suponer, el hombre que este próximo domingo cederá en Abu Dhabi cetro y corona en favor de Lewis o Nico, y al que se le presupone según las malas lenguas, que dijo aquello de que no pisaría La Scuderia mientras estuviera en ella un tal Fernando.

Bien, el tal ya no pertenece al entramado pues todos hablan de él en pasado, incluso don Leo Turini, quien en un acto de contricción que le debió producir alguna que otra almorrana, dejó escrito este pasado domingo: «Contrariamente a quanti alcuni credono (taluni in buona fede, altri spudoratamente in mala fede), io considero Fernando un grande campione.» [Contrariamente a lo que muchos creen (algunos de buena fe, otros descaradamente de mala fe), considero a Fernando un gran campeón].

Y como buen tifoso, al leer tan zalamero a quien ha sido el azote mediático del asturiano en este periodo de entreguerras, no he podido por menos que pensar que los tipos de la foto de encabezamiento, andan tirándose montañas uno al otro como aquellos gigantes que pueblan las leyendas que nos contaban cuando niños.

Luca a un lado, recordando a Sergio que los titanes también tienen pies de barro aunque huyan de las corbatas y los trajes, y Marchionne al otro, recordando a Montezemolo que el dinero lo tiene él y el silencio es la mejor de las políticas cuando las prisas han hecho presa del campo de batalla. Y en medio de tanto vuelo de piedras sin acuñado ni marca, Maranello, el sueño de muchos, el juguete de FIAT (ahora FCA).

¿Pero sabéis qué os digo? Prefiero mil veces estas cruzadas mediterráneas, plenas de cacofonías y redundancias, a las degollinas nocturnas a las que tan acostumbrados están los que ahora critican a Ferrari por mostrarse más italiana que nunca.

Forza!

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