domingo, 23 de agosto de 2015

Rien de rien, Guy


Hoy ha desparecido una parte importante de nuestra historia como deporte. Tal vez no sepáis aún quién es, pero cuando Francia opositaba a rivalizar con Gran Bretaña en Fórmula 1, estaba Guy.

Jugador de rugby, piloto de coches, constructor, Guy Ligier puso nombre a una etapa del automovilismo mundial que sólo puede describirse como gigantesca, al menos tanto como irreductibles fueron su amor por el mundo del motor y su lealtad para quien fue su compañero de aventuras, el también piloto Jo Schlesser, tristemente desaparecido al volante de un Honda y cuyas iniciales acompañarían al suyo, a partir de entonces y para siempre, en todos sus modelos de fábrica y competición.

85 años son muchos incluso para un ser inabarcable que hoy ha cedido a ese inevitable por donde habremos de pasar todos. En unas horas, o mañana ya, escucharéis o leeréis su nombre completo, y os darán cifras, estadísticas y datos que servirán para enmarcarlo adecuadamente. Perdonadme que me haya abandonado esta noche a escribir unas sucintas líneas de despedida cuyo colofón quiero que sea la frase más característica de aquella otra francesa, pequeña, de voz irrepetible: Edith Piaf. 

«Non, rien de rien, non, je ne regrette rien...»

Os leo.

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