lunes, 2 de mayo de 2016

Poderío


Ayer fue el día de Nico, y convendría que no cayésemos en la trampa de pensar que fue el día de Sebastian por mucho que éste se empeñase en copar todos los focos y todos los micrófonos y todas las miradas y todos los oídos. Kvyat metió la pata hasta el corvejón y se disculpó. La FIA sancionó al ruso y ahí debería haberse quedado todo.

Los lances de carerra son crueles e injustos por definición, y además, tienen la fea costumbre de resultar más crueles e injustos si cabe, si suceden en los primeros compases de las pruebas. Yo no le daría más vueltas.

Eso sí, comprendo que hoy lunes 2 de mayo, el vettelismo ande chamuscado y pensándose si fue buena idea abandonar Red Bull para volverse tifosi de toda la vida y terminar ninguneando a Kimi, pero no por lo que sucedió entre Vettel y Kvyat en el primer giro del Gran Premio de Rusia, sino porque Mercedes AMG no está a esa décima que cacareaba Arrivabene sino a un mundo, al mismo mundo de siempre.

Fue que Lewis hiciera una buena salida, incluso con repatriación de posiciones tras su excursión por la escapatoria de la curva número 2, y que a Nico se le encendiera la bombillita de alarma. Y quien dice a Rosberg dice también a Hamilton y a Brackley entera, que los W07 son dos misiles y cuando se ponen a buscar objetivo no hay Dios que los pare ni décima que los frene, ni siquiera con la gama blanda de Pirelli.

Y a esto tampoco hay muchas vueltas que darle. El hijo de Keke gestionó macanudamente lo que tenía entre manos. El de Stevenage hizo lo que tenía que hacer: minimizar daños. Y a la postre, una estrella de plata terminaba viendo la bandera de cuadros habiendo doblado al sexto clasificado, y la segunda, al octavo. Ahí, con dos cantimploras bien puestas. Casi 32 segundos de diferencia entre el coche número 6 y el Ferrari número 7 conducido por Kimi Raikkonen, con el 44 intercalado entre ambos.

Decía al comienzo que ayer fue el día de Nico y que el resto no fue más que ruido, y es que las carreras se ganan o se pierden sobre la pista, y mal que les pese a algunos, Rosberg no dejó ni un par de migajas a las que se pueda agarrar Maranello, ni por supuesto, ningún integrante más de la parrilla.

Os leo.

3 comentarios:

chema dijo...

Impresionante Nico, la fuerza le acompaña pero el está sabiendo rentabilizarlo al máximo. Pese a todo no descartaría ni a Lewis ni a Ferrari en un mundial tan largo.

Con Kvyat hemos recogido lo que sembramos en China, bajo mi punto de vista lo mas deplorable de la F1 es la falta de criterio.

pocascanas dijo...

Yo hubiese titulado esta entrada: "De misiles y torpedos"... ;)

GRING dijo...

Este campeonato parece sentenciado tras la cuarta carrera salvo que los intereses comerciales del circo y sus organizadores estimen oportuno darle algo de emoción. Televisiones básicamente; entradas vendidas para los intereses de los circuitos. Las diferencias son abismales. Cada año es menos atractiva la F1. En la tele y, según cuentan en los circuitos.
Saludos!