sábado, 18 de junio de 2016

Mulsanne es nombre de curva #25TLM16 [02]


En el libro 24 para Le Mans, mi amigo Luis Ortego alude varias veces a las historias que encierran los nombres del circuito de La Sarthe, y mientras reparaba en ellas, me venía insistentemente a la cabeza esa manía que tiene la FIA de denominar por números las curvas de los trazados que integran el Mundial de Fórmula 1.

Comprendo, y creo que lo he mencionado muchas veces, que los circuitos nuevos tiendan a esta aberración sencillamente porque carecen de tradición. Entiendo menos, que el asunto se haya trasladado como si tal cosa incluso a lugares sagrados como Mónaco, Spa-Francorchamps o Monza. Y desde luego aplaudo y aplaudiré siempre, la resistencia numantina que desde las filas de la afición reniega de llamar 1 a Santa Devota o 2, 3 y 4 a la sección entre Eau Rouge y Raidillon, por ejemplo...

No imagino a nadie solicitando el número de DNI a la chica o el chico que le gusta. Tampoco me hago a la idea de lo atractivo que resultaría acostarse con alguien llamado 13 o 67, no sé si me entendéis.

El nombre propio es un vínculo que establecemos con nosotros mismos y con los demás. Nos viene dado de serie aunque hay quien con el tiempo adopta otro, pero en líneas generales, es algo que nos pertenece, que nos diferencia, que tiene un significado que va más allá de lo que proponen las letras que lo componen. Identidad. El nombre contiene una historia irrepetible por mucho que Hacienda o la Seguridad Social se empeñen en que llevemos un número grabado en la frente.

Es cómodo para la FIA referirse a tal o cual sitio como la curva 7 u 8, incluso cuando existe un nombre al que apelar, pero no por ello deja de suponer una expropiación de contenido.

Los nombres son mágicos porque contienen magia antigua o nueva, pero cuando son sustituidos por números, se cosifican allanando el terreno para que poco a poco, la memoria común se diluya hasta desaparecer.

Tenemos suerte con Le Mans. Dunlop, Esses de la Forêt, Tertre Rouge, Mulsanne, Indianapolis, Arnage, Curves du Porsche, Maison Blanche, Chicanne Ford, disponen de su número correspondiente pero nadie se refiere a ellas por él. Así, siguen manteniendo su esencia intacta, como un rosario de evocaciones que componen una partitura que continúa siendo reconocible para los amantes del motorsport, a pesar de los años transcurridos desde que se bautizaron sus cuentas.

¿Que es Hunaudieres, sino una recta infinita con dos chicanes, que comienza en Tertre Rouge y termina en Mulsanne...? 

Os leo.

1 comentario:

José Miguel dijo...

Y en todas esas curvas.... como mola oir los lmp1 al entrar en ellas silbar como carga la recuperación de energía... como en la salida acelerando suelta esa energía... hasta que no tiene... y entra en función el motor normal a gruñir...

Ah... Push Push Merhi number 44 (como Hamilton) ;-)