jueves, 10 de agosto de 2017

El asiento vacío


Lewis amagaba con que iba a dejar la Fórmula 1 cuando peor las estaba pasando, y dejó de dar señales al respecto una vez superado el bache. Ahora mismo, resulta complicado imaginarlo en otro lugar que no sea Mercedes AMG.

Brackley es hoy por hoy la escudería mejor posicionada para encarar los próximos años. Es un secreto a voces. A pesar de que el W08 ha acusado el golpe de la normativa que hemos inaugurado esta temporada, dispone de un buen chasis, una aerodinámica que puede ir a más (debería, al menos), y una excelentísima unidad de potencia que es sinónimo de potencia y fiabilidad.

La apuesta por alargar el desarrollo de la plataforma propulsora estrenada en 2014 en vez de meterse en berenjenales o revoluciones, está resultando válida de momento y no hay razones para pensar que no sea suficiente para defenderse de Renault y Honda cuando lleguen, y eso, dando por descontado que consigan estar a la altura del producto de Stuttgart —hablaré estos próximos días de Ferrari y su talón de Aquiles.

Sea como fuere, a pesar de la dura oposición federativa que ha encontrado a lo largo y ancho de las últimas campañas, que la normativa 2017 y el periodo de convergencia que se abrirá en 2018 se diseñaron para golpear a Mercedes AMG en plena línea de flotación, y que, sin ir demasiado lejos, la anglo-alemana se dejó a primeros de año su suspensión activa en un cajón de despacho a requerimiento de la FIA y lidia en la actualidad con unas Pirelli que ni hechas a posta, creo que se puede coincidir en que la de las tres puntas es actualmente el lugar más seguro de la parrilla y que esta situación puede durar al menos un año más.

Hamilton es O Rei de tan goloso territorio, y sé perfectamente que no descubro el Mediterráneo. 

Su relación con Valtteri Bottas parece que marcha viento en popa (dicen que se está procediendo a la renovación del finlandés), así como cada vez parece más fuerte la que mantiene con Toto y Niki.

Además, de momento no hay alternativas razonablemente creíbles en el horizonte, lo que hace aún más complicado que Lewis vaya a ser tan iluso como para dejar escapar la posibilidad de superar a su ídolo Ayrton Senna en títulos, alcanzando incluso a Fangio si Sebastian al final se ve incapaz de triunfar en 2017, cosa que todavía está en el alero.

No sé, lo del asiento vacío en la escudería reina queda incluso poético, pero no compro para el de Tewin ni la idea de que termine haciendo un Rosberg, ni que deje escapar un caramelo tan dulce como el que sostiene Brackley en la mano ahora mismo.

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

A mi, aquel comentario de que igual se retiraba, me pareció más un "mira papá que hago", que una amenaza real. Quería llamar la atención cuando el foco se estaba poniendo en otros lares.