lunes, 9 de octubre de 2017

¡Ay, Bujía la japonesa!


El friki es el único animal que tropezando dos veces con la misma piedra, se pregunta por su composición en vez de valorar las circunstancia que lo han llevado a cometer un segundo error.

Ferrari comunicaba ayer que el fallo en la unidad de potencia del monoplaza de Sebastian Vettel se debió a un funcionamiento incorrecto de una miserable bujía, lo que sirvió de acelerante para que, minutos después, tuviéramos sobre la mesa infinidad de teorías que explicaban de una u otra manera por qué podía haber fallado.

Da lo mismo que funcionaran correctamente las otras cinco que trabajaban junto a la unidad defectuosa en el ICE del coche del tetracampeón, o que el proveedor, NGK, también suministre a la competencia, o que éste sea el primer problema (declarado) que apunta a un deficiente control de calidad. La cosa resultaba tan sencilla que merecía darle dos vueltas, que luego fueron tres y más tarde cuatro. Total, que al final de todo la responsabilidad la tenía Maranello por ser incapaz de enfrentarse a la reducción de cantidad de aceite en mezcla. Lo de siempre, vamos.

Hemos cambiado de normativa pero casi al final de la temporada 2017 seguimos leyendo lo que sucede en la Fórmula 1 a la sombra de la misma letra del mismo catecismo que dejamos atrás hace ya... bueno, demasiado tiempo.

Los hemos hablado muchas veces pero quizás conviene repetirlo: este año el conjunto es lo importante. 

El paquete de reglas 2017 iba de esto, de impedir que una determinada plataforma propulsora sea hegemónica, y por ello, dotaba a los ingenieros de recursos que no había antes, una mayor importancia de la aerodinámica y una mayor dependencia de los neumáticos, por ejemplo. El marco de convergencia que entra en vigor la temporada que viene también va en sintonía con lo dicho, pretende contener las diferencias de potencia en un rango asumible para todos, con la intención de que haya juego en otras áreas y pueda florecer el espectáculo. 

Por esto mismo es tan grave que se haya tolerado el asunto de la mezcla de aceite [A ver si llamándolo aditivo]. Mercedes-Benz es el fabricante que más experiencia tiene en este campo (lleva saltándose el asunto desde 2014) y de suyo habría que haberle parado los pies para que el reglamento 2017 respetase el espíritu que lo alentó. No ha sido así y no podemos hacer otra cosa que asumirlo. En todo caso, Ferrari no es culpable por no poder alcanzar a la de Stuttgart en cuanto a rendimiento de su unidad de potencia, ya que de impedirlo se encarga el asfixiante escenario evolutivo que tenemos sobre la mesa, en el cual, buscar los límites supone impepinablemente penalizar puestos en parrilla.

Así no se puede pelear un Mundial, desde luego.

La rossa ha hecho lo que tenía que hacer, ofrecer a Vettel y Raikkonen un vehículo que en conjunto se ha mostrado mejor que el de Mercedes AMG hasta que se ha topado con la letra pequeña, ese oscuro pasaje por el que no cabe nadie que no sea Brackley, que desgraciadamente seguirá vigente hasta finales de 2020. Maranello ha cometido errores, como mencionábamos ayer [Box, box, box...], pero por mucho que retorzamos la realidad, en vez de buscar tres pies al gato, convendría que gastásemos nuestra energías en analizar por qué con cambio de normativa y todo, la anglo-germana sigue siendo inalcanzable.

Sí, ya sé que a lo peor nos encontramos con la FIA y los intereses del negocio, pero el esfuerzo creo que merece la pena.

¡Ay, Bujía la japonesa!, que cantaba Carlos Cano...

Os leo.

2 comentarios:

Alberto dijo...

Jose,

El marco normativo de este año estaba claramente orientado a restar competividad a Mercedes al que hay que sumar la manga ancha que ha tenido la FIA con Ferrari y la flexibilidad de determinados componentes aerodinámicos.

Veo estas cagadas de fiabilidad y recuerdo el despido de jefe de motores Lorenzo Sassi a principios de verano. Nadie entendió entonces los motivos más alla del tóxico Marchione y nadie le plantea las preguntas adecuadas al dictador porque son muy cobardes...

- ¿Cual fue el motivo de despido de Sassi?
- ¿Ha afectado este despido al trabajo realizado desde entonces?
- Porque Ferrari si sabía que tenía problem para llegar a final de año con los componentes motor que quedaban no ha mostrado ninguna evolución desde hace meses..

Podemos quejarnos lo que queramos de que a Mercedes no hay quien la pille en este marco regulatorio pero nadie duda que este mundial podía haberse ganado con mejor gestión de los recursos y con un piloto con más talento y cabeza que Vettel.

Salu2

Sebastian Vidaurre dijo...

Me sucedió hace pila de años con una moto, motor bi cilindrico, el cilindro 1 tuvo una rotura en un anillo del pistón y pequeñas cantidades de aceite empezaron a entrar a la cámara de combustión. Notaba una perdida de poder a altas revoluciones (mayor presión de la bomba de aceite), las bujías? NGK de iridio. Falló la bujía? No... El problema es que la bujía no estaba diseñada para funcionar con esa cantidad de aceite, tuviese la temperatura que tuviese...
Quizás a los ingenieros de Ferrari se les pasó la mano en cantidad de aceite a la combustión...O quizás lo de ferrari es endémico y no lo solucionan ni fangio, senna, el kaiser, alonso, vettel, lauda, prost, stewart, hill, surtees, mika, ascari, piquet, moss y piquet combinados en un gran super piloto que gane sentado en el pit lane.
El problema radica en el adn de ferrari, que al parecer acarrea un mal congénito e irremediable.
Una lagrima....