viernes, 13 de octubre de 2017

La gran evasión


Ayer os dejé con la mosca en la oreja [No me pidas que planche] a pesar de que en el segundo párrafo decía claramente: «Sé perfectamente por qué me felicito (tanto) porque Carlos Sáinz haya dejado de ser uomo Toro Rosso...»

Como os sucede a muchos de vosotros, me alegra sobremanera que Carlos salga de la prisión Toro Rosso... lo que no veo tan claro es que Renault sea el lugar adecuado donde aterrizar, entre otras cosas porque el madrileño va allí en calidad de cedido, matiz que conviene tener muy en cuenta.

Gracias a la generosidad de herr doktor Marko y la estructura de Red Bull, Sáinz gozará de un año sabático en Enstone durante 2018, cuyo inicio oficial se ha adelantado a octubre de 2017 por diversas razones, entre ellas, que en la de Faenza hacía falta espacio para ir probando probando el sabor de la nueva remesa de conductores.

Daniil Kvyat, en plan Guadiana, después de su ausencia en Suzuka vuelve a su volante en Austin porque el contrato que tiene Toro Rosso con Acronis debe cumplirse. Pierre Gasly, oficial en Japón [¿Y si nos hace un Palmer?], se ausenta de la prueba norteamericana para poder disputar la Super Fórmula y suena Brendon Hartley para sustitirle, dándose la circunstancia de que el neozelandés sería rescatado después de haberse visto obligado a buscarse las alubias —con éxito— en el WEC (World Endurance Championship FIA), tras formar parte en su día del Programa de Jóvenes Pilotos de Red Bull, desde donde se desestimó darle asiento en la italiana junior y se le apeó de las World Series by Renault, así, todo de golpe.

Sumamos a esto la patada que dieron a Jaime Alguersuari a finales de 2012, el ascenso de Max a Milton Keynes y el descenso de Daniil a Faenza en 2016, y a lo peor Toro Rosso parece una casa de putas sin gobernanta porque en el fondo es así. No obstante, lo cuentas y enseguida te replican que en la Fórmula 1 las cosas siempre han sido así aunque resulte complicadísimo encontrar ejemplos cercanos en el tiempo.

Lo que sí era habitual hasta hace no mucho, es que un piloto con calidad contrastada, como Carlos Sáinz, una vez de haberla demostrado podía encontrar con relativa facilidad mejores alternativas de futuro que amustiarse hasta que al señor Marko se le ponga en la punta del pincel.

Aquí sí, aquí hay que felicitarse mucho porque el piloto español empiece a colaborar desde ya mismo con La Régie aunque de momento sólo sea por un año.

Otra cosa es que me sepa a poco, que Renault no me parezca el lugar más idóneo, y que me muestre inclinado a ir pensando en una gran escapada, una huída con todos los sacramentos del campo de concentración, como Dios manda, a la manera que nos contaban aquellos libros y películas que disfrutaba cuando joven, donde el héroe acaba lejos de sus carceleros y para siempre.

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

Yo me huelo que Carlos termina en Red Bull Honda en 2019. Eso de que Max y Kimi terminen contrato a la vez...