domingo, 26 de noviembre de 2017

Istanbul (not Constantinople)


Fiel a nuestra más arriagada tradición, el Gran Premio de Abu Dhabi ha resultado un truño bananero, cosa que importa poco en el instante en que me pongo a escribir estas líneas porque todo el mundo está contento, incluso yo, que he perdido mi segundo jamón consecutivo.

Hace un rato he localizado bailando sobre unas revistas a Avelina, el monstruito de ocho patas con el que comparto estudio. Ella también se muestra feliz quizás porque llevamos media tarde escuchando Istanbul (not Constantinople) en la versión rápida de They Might Be Giants, o tal vez porque Valtteri ha ganado en Yas Marina, vaya usted a saber, al fin y al cabo no hay ninguna ley escrita que impida que les guste Bottas a una araña jardinera y a un bloguero especializado en tocar las pelotas a los santones de la Fórmula 1.

Sea como fuere, mañana empieza un desierto que ya os aventuro que durará lo que el agua en una cesta, porque entre que seguimos discutiendo sobre la nueva marca F1, comienza el sarao con Fernando y la Rolex 24 y se filtran los primeros diseños de los vehículos 2018, nos ponemos a finales de febrero en un santiamén, y de ahí p'alante, a partir la pana de nuevo.

No obstante, y puesto que a partir de mañana dispongo de miles de historias que contar —vamos, que alimento no nos va a faltar, gracias a Dios—, por aquello de cerrar debidamente esta temporada, quiero comentar en estas horas postreras que este 2017 al que ya hemos dado tierra me ha parecido bastante flojote en líneas generales, desde luego mucho más que 2016. Y es que algo tienen los campeonatos que se mantienen vivos hasta el final, incluso entre compañeros de equipo, que los hace radicalmente distintos de esos otros calendarios que fallecen con varias citas de antelación, bien por muerte súbita o por accidente repentino.

Es verdad que tampoco se pueden pedir peras al olmo. A pesar del nuevo reglamento, con tanta restricción técnica y de entrenamientos como tenemos por centímetro cuadrado, y yendo sólo a un paso por garajes en carrera, por cierto, como ordena la normativa [La estrategia a una parada son los padres], lo raro sería que nos hubiésemos ahorrado los abundantes disgustillos que nos hemos metido entre pecho y espalda.

En fin, se acabó esta historia y empieza una nueva. Avelina sigue bailando a su manera y continuamos escuchando juntos Istanbul (not Constantinople). No le encuentro mucho sentido ahora mismo, pero descuidad, seguro que lo pillo dentro de unas horas.

Os leo.

4 comentarios:

Fleichié dijo...

Lo que hace más gracia es que hace un par de años , había muchos aficionados pidiendo más velocidad y neumáticos más duraderos como panacea al aburrimiento de esta dictadura de la escudería alemana .
Yo me cansaba de discutir defendiendo lo contrario . ¿Cuáles suelen (solían) ser las carreras más apasionantes ,entretenidas y recordadas?...las de lluvia . Y precisamente las carreras en agua son las más lentas y las que se hacen màs entradas a boxes .
La velocidad no tiene porqué ser un sinónimo de espectáculo . Las carreras a más paradas te ofrecen mucha mayor variedad estratégica . El año pasado , se felicitaba a Pirelli , al inicio de temporada , por aumentar la cantidad y variedad de los neumáticos . Pero este año , no sé si para favorecer de alguna manera a Ferrari , han presentado una especie de piedras clonadas que han favorecido que las carreras fuesen aún màs monótonas y aburridas que en años anteriores .
Si Pirelli no cumple , como bien dices debería ser Liberty con o sin la FIA , quien impusiese carreras con tres o cuatro paradas oblgatorias . Y por otro lado que no se supiese hasta el fin de semana del gran premio qué neumåticos lleva cada escudería .
Te leo maestro .

Keskus dijo...

El tema de los neumáticos es bastante paradigmático: por un lado se piden neumáticos que no degraden y que permitan al piloto empujar al máximo siempre; por otro lado, queremos que haya paradas en boxes y diferentes estrategias.
Con qué nos quedamos?
Yo creo que las temporadas más interesantes en en cuanto a estrategias fueron 2012 y principios de 2013. Incluso el principio de 2016 con el tercer juego. Pero Pirelli siempre endurece la gama hacia final de temporada (cuando no la cambia como en 2013), y las carreras se vuelven peores

RAGOMCO dijo...

Te leo. Buenas noches

pocascanas dijo...

Si los equipos quieren estos neumáticos tan duros, por los motivos que sean, yo impondría dos, incluso tres, paradas mínimas por carrera. Entonces sí se podría empujar y arriesgar más, incluso un plano en un neumático no sería tan condicionante.
Eso necesariamente abriría el abanico de posibilidades y haría todo más entretenido.
Y si descubrimos que aún así no se puede tirar a fondo, sacaría el límite de flujo, simplemente 105Kg de combustible y que cada uno lo use como quiera.
No me parece tan descabellado y es perfectamente factible.