domingo, 28 de enero de 2018

Lando y unos pocos


Que Lando Norris es un chavalín y viene apretando no debería sorprender a nadie. Que Zak Brown le tiene echado el ojo, tampoco...

Hasta aquí la parte conocida de la historia, luego, la que se escribe en Twitter a golpe de pulsión irrefrenable y de queja —que al hilo, digo yo, que si se reclama con tanta insistencia que se hable más de todo aquello que le apetece al personal que se señale, lo propio, como he repetido muchas veces desde ésta mi pequeña capilla en el monte, es que los reclamantes se monten un blog cada uno y vean in situ lo sencillo que resulta dar salida a tantas peticiones de equidad como nos llueven a los demás... Sí, por mis avellanitas que sí...

La tarde comienza a sestear en España mientras en los USA casi se sigue desperezando el domingo, y tal y como predije —era fácil, no aplaudáis—, el Monte no ha resultado de suficiente interés porque no participa el asturiano culpable de todo o porque sencillamente no da para que te siga mucha gente en Twitter, total, que se nos ha muerto entre las manos casi como de muerte natural.

Daytona en cambio sí, ¡coño que sí!, y a tontas y a bobas me he encontrado coincidiendo con gente con la que suelo coincidir poco o nada, en que Lando juega en otra liga, en la de los mayores, por aquello de concretar.

Norris tiene madera, como mencionaba en el párrafo inicial, pero ha sido verle batiéndose el cuero en comandita con Alonso y Hanson en las ásperas arenas del Daytona International Speedway y que me haya levantado un par de veces de la silla para aplaudirle.

No me arrugo por confesarlo en público, ¡para nada!

En realidad me importa un pimiento si el setup para la carrera del Ligier dorsal número 23 lo ha parido el de Oviedo o, en cambio, Fernando, él y Phil se lo han jugado a las cartas o a los dados. La Resistencia es así y hay que quererla como viene y como llega, y procurando dejar los personalismos un poco de lado porque lo importante aquí es el coche, el equipo y los integrantes de la tripulación. En este sentido, el de Bristol ha destacado como un colmillo acuchillando la lluvia, de noche, y navegando como un jabato en seco, y esto hay que decirlo y a poder ser dejándolo por escrito.

Desgraciadamente la parte mecánica no ha respetado a la armada española y dentro de unas horas tendremos que consolarnos con que disfrutamos de mucho amor y mucha salud, como sucede cada 22 de diciembre y nos esquiva el gordo de la Lotería Nacional. Pero hay cosas que quedan y de esto va esta entrada, de resaltar el trabajo de un chiquillo que seguro que anda todavía abusando del Clearasil para quitarse el acné de encima. Adora a uno de sus colegas de habitáculo, ayer le llamaba leyenda en la red del pajarito, pero ante quien hay que quitarse el sombrero es ante Zak Brown. saben de qué pie cojea cada uno de sus chicos, les propone un regalo y luego les deja hacer, y Lando, listo como el puñetero hambre, lo aprovecha y nos deja con la boca abierta...

Para él un lujo estar ahí. Para Fernando también. Para Phil seguro que esto ha supuesto algo parecido a encontrarte en la salita de casa el scalextric que los Reyes Magos olvidaban siempre. Entrenamiento para cosas mayores, momento de sacar pecho ante millones de espectadores... Zak gana siempre, tiene dos piezas que para sí quisieran otras escuderías de Fórmula 1, las ha paseado en Daytona para que el nombre McLaren suena casi a Ferrari, y sea lo que ocurra a las 20:40 de esta tarde, hay un zagal que se nos he hecho grande hace unas horas, porque lo que ha protagonizado de madrugada está al alcance de muy, muy pocos.

Todos ganamos, ¿no?, incluso los que siguen a estas horas haciendo comparaciones idiotas como si la Rolex 24 at Daytona fuese como el Gran Premio de China...

Os leo.

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