jueves, 4 de enero de 2018

Las lentejas han salido demasiado caras


Visto lo visto lo bien que avanza el tema de las propuestas propulsoras para 2021, cabría apostillar que para este viaje no parece que hiciesen falta demasiadas alforjas. 

Salvo a Mercedes-Benz, y por razones obvias, la etapa híbrida se ha atragantado al resto del personal, de forma que el mayor inconveniente que encontramos ante un cambio de rumbo como el que propone Liberty Media, pasa por mantener un porcentaje alto de lo realizado ya que no hay Dios que amortice los desembolsos y esfuerzos empeñados hasta ahora y más allá, que decía aquél.

La cosa no iba de que esto era el futuro de la automoción y había que mostrarse sensible con las necesidades del sector, y aceptar, de paso, que la Fórmula 1 no podía seguir siendo una isla ajena a lo que la rodea...

Recuerdo con ternura las escenas que se dieron en algún garaje de Abu Dhabi 2013, cuando los destronados V8 decían adiós poniendo al rojo vivo sus colectores y originando con sus elevadas revoluciones que la peña congregada a su alrededor se tapase los oídos... Viajábamos a un nuevo destino, tan desconocido como emocionante, decían algunos, que sin embargo traía sorpresa, ya que la etapa híbrida que se iba a abrir unos meses más tarde ni era ruidosa, ni barata, npermitía que se notase la contribución del turbo como ocurría en los 80 del siglo pasado, ni resultaba excitante.

Fue a partir de ese instante que comenzaron las excusas.

Como en el inicio de la crisis económica ésta que no se acaba nunca, la culpa no era de los promotores del cambio, sino de los aficionados, reacios ellos a asimilar que los tiempos obligan a modificar los gustos, que la modernidad tiene sus gabelas, y que la Fórmula 1, si pretendía sobrevivir, debía cerrar la boca y subirse al carro de lo que tenía diseñado la industria para los vehículos de calle... El futuro, ya sabe usted...

El caso es que el futuro no es lo que pensábamos y, además, sus errores de cálculo van a comprometer lo que suceda a partir de 2021. Da lo mismo qué prevea Liberty Media como mejor para el espectáculo a partir de ese momento. El deporte está en manos de los fabricantes y lo vamos a tener crudo para que lo suelten.

Os cuento un cuento: el caso Gribkowsky se destapa en la prensa a finales de 2011 pero atiende a unos hechos que se originaron entre 2005 en 2006, que la fiscalía comenzó a investigar a partir de las reclamaciones que hizo en 2008 Salzburgo GREP GmbH contra el patrón de la F1 por el impago de 2,3 millones de dólares a cargo de FOM...

El resto parece muy sencillo de seguir. Según Luca Montezemolo, el modelo de unidad de potencia elegida para 2014 era básicamente el que ya tenía diseñado Mercedes-Benz en 2007 —Niki Lauda corroboró posteriormente este punto—. A finales de la temporada 2008 se marcha Honda y de la noche a la mañana surge el equipo Brawn GP con sede en Brackley, quien vence en 2009 en el Mundial de Constructores y en el de Pilotos gracias a la noble contribución de la FIA y su admisión a trámite del Doble Difusor para castigar a McLaren y Ferrari, según nos contaba en 2015 Adrian Newey.

Con los títulos de Marcas y Conductores bajo el brazo, Brawn GP desaparece contra todo pronóstico y se convierte en Mercedes AMG, el equipo oficial de la estrella de tres puntas, así, como por casualidad, contando, además, con la incorporación estelar de Michael Schumacher en su retorno a la competición en 2010.

Mercedes-Benz ha vuelto después de su abandono de la máxima competición en 1955, y puesto que Brawn GP ya no existe, en el Grupo de Estrategia de la FIA (antes Grupo de Trabajo), Ross Brawn defiende los colores de Stuttgart, y según Montezemolo, prácticamente impone el modelo de unidad de potencia que la germana tiene diseñado desde 2007, que es el que venimos usando desde 2014 y durará hasta finales de 2020...

No os aburro. El dominio de Mercedes-Benz es abrumador en la actualidad, y lo más penoso de todo es que la perfidia de este escenario no tendría nada que ver con el futuro de la automoción ni con otras pamplinas, sino que se podría deber única y exclusivamente a que Bernie decidió vendernos por un plato de lentejas en su intento de huída de la justicia alemana.  

Business is business! Os leo.

1 comentario:

Fleichié dijo...

Increible ....pero cierto .
Pero lo que más irrita , o directamente cabrea , son las idioteces que sueltan desde la FIA para explicar porqué se ha impuesto este camino , y porqué se han asegurado que no pudiera ser de otra manera .
Eliminar entrenamientos , congelación de motores , los tokens , la negación a que pudiera haber self-service para la elección de las UPs ...etc .
Todo ello ha impuesto un camino único que contradice todo lo que "supuestamente" Bernie y la FIA querían para la F1.....ahorro de costes , competitividad , espectáculo , entrada de nuevas marcas y de nuevos motoristas etc...Un auténtico despropósito que dudo que se termine para 2021 . Saludos .