sábado, 20 de enero de 2018

Ocurrió en Imola, 2005 [19-03-2014]


La Fórmula 1 es un universo aparte porque quien no es tahúr parece tonto de remate. Trampa aquí, trampa allá, la historia de nuestro deporte está trufada de anomalías, digámoslo así, y con ocasión de la descalificación de Daniel Ricciardo en la prueba inaugural de la etapa híbrida (Gran Premio de Australia 2014) recordé desde las páginas de Diariomotor otra hazaña no demasiado lejana en el tiempo, que por desgracia tuvo consecuencias más graves para su protagonista, el equipo BAR-Honda.


Los recientes acontecimientos del domingo pasado, durante el Gran Premio de Australia de Fórmula 1, en los que como hemos narrado desde Diariomotor se descalificaba a Daniel Ricciardo y a su escudería, Red Bull, tras haber conseguido la segunda posición absoluta, han removido la memoria colectiva sacando a la luz sucesos que por su aparente similitud con la causa utilizada por la FIA para sancionar al piloto australiano y su equipo hace tres días escasos, bien merecen que dediquemos un pequeño espacio si no a todos, obviamente sería muy prolijo, sí al más sonado de los últimos tiempos.

Como sabemos bien a estas alturas, a Daniel Ricciardo y Red Bull se les descalificaba porque a pesar de los sucesivos apercibimientos durante todo el fin de semana, en la prueba se detectaba en el RB10 número 3 un caudal de combustible sensiblemente superior al permitido por el reglamento técnico.

Pues bien, yéndonos tan sólo unos años atrás, concretamente a 2005, nos encontramos con la descalificación en el Gran Premio de San Marino de Jenson Button y Takuma Sato, así como la de su equipo BAR-Honda, con consecuencias mucho más graves que las que ha sufrido la de Milton Keynes en Australia.

El Gran Premio de San Marino de 2005 era la cuarta prueba del Mundial y ha quedado grabado en el recuerdo por ser el escenario donde Michael Schumacher y Fernando Alonso (Ferrari y Renault, respectivamente) disputaron en los compases finales de la carrera uno de los duelos en pista más bonitos de la última década.

Celebrada en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari (Imola) en el fin de semana del 22 al 24 de abril, la prueba terminaba con el asturiano en lo más alto del podio, seguido por El Kaiser y con Jenson Button en tercera posición, aunque al final, sería Alex Wurz (McLaren) quien se quedaría con la plaza y los puntos del británico a pesar de que no saliera en la foto, ya que como mencionábamos hace unas líneas, el equipo BAR-Honda sería finalmente descalificado.

Lógicamente, la misma circunstancia afectaba al segundo piloto de la por entonces escudería de Brackley, Takuma Sato, que habiendo quedado quinto, cedía posición y puntos a Jacques Villeneuve (Sauber).

El Tribunal de Apelación de la FIA anuló los resultados de BAR-Honda en Imola y la excluyó de participar en los Grandes Premios de España y Mónaco, los siguientes a la carrera de San Marino en el calendario, y la sometió también a una vigilancia extrema a partir del Gran Premio de Europa (Nürburgring) bajo pena de una suspensión por 6 meses más, sanción que no llegó a tener efecto porque el equipo británico se mostró a partir de entonces muy celoso a la hora de cumplir con el reglamento técnico.

En todo caso, la razón esgrimida por la FIA consistía en que se habían encontrado graves irregularidades en el BAR Honda 007 que conducía Jenson Button, al detectarse que tras «haberle sido extraído todo el combustible», todavía quedaban casi 2,5 kg. en el depósito que supuestamente había pasado las verificaciones y actuaba como principal, así como otros casi 9 en un depósito secundario y ligado por un conducto al primero, del que oficialmente no se sabía nada de su existencia y cuyo contenido obviamente, estaba actuando por un lado como lastre y por otro, como reserva ante la coyuntura de un posible alto consumo.

La FIA lo consideró un fraude manifiesto y una clara actuación de mala fe, ya que BAR ni había informado previamente de la configuración creativa de sus tanques de combustible ni había solicitado una aclaración al respecto, lo que en su caso, habría servido de atenuante. Para colmo de males, ni siquiera con el ardid el BAR Honda 007 de Button cumplía con el peso mínimo exigido (tasado en 2005 en 600 kilogramos).

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