sábado, 10 de marzo de 2018

Contraanálisis 12 [Williams]


Confieso que con Williams comienzo a sufrir de pesadillas a lo Lucy in the Sky with Diamonds. No es ni medio normal lo que sucede en Grove. 

En mi entrada de febrero [Contraanálisis 02 (Williams FW41)] alababa el espíritu corredor que se intuía en las formas del FW41, y lo cierto es que en Montmeló, el cacharro británico ha dado muestras de resolver bien tanto las zonas rectas como las viradas. Asentadito, bien posado, pulcro, sólo perdía levemente la delantera cuando se le exigía demasiado, pero en general, la sensación ofrecida es de falta de garra y de punch.

Ni Lance Stroll ni Sergei Sirotkin ni Robert Kubica han sido capaces de ofrecer auténticos destellos. No estoy hablando de inquietar a Ferrari o a Red Bull, pero llevando la mejor unidad de potencia de la parrilla y con un diseño tan apurado, lo menos que se podía esperar del monoplaza de Grove era que se hubiese plantado en determinados momentos cerca de los Mercedes AMG.

Así que dando por bueno que los pilotos han hecho su trabajo —como era de esperar, Kubica ha sido el que más mandanga ha sacado del coche—, que el propulsor sigue siendo de lo mejor que hay y que la aero puede ser tan prometedora como la dibujábamos hace tres semanas, sólo se me ocurre que esté fallando el chasis y por ende, la explotación de los neumáticos.

¿Se ha atragantado a Williams el uso de un rake pronunciado. Debería haber optado por una distancia mayor entre ejes...? Lo veremos pronto, en todo caso el problema no parece demasiado grave teniendo en cuenta que el FW41 funciona bien en promedio aunque no logre destacar. Quedan bastantes días antes de que dé comienzo el Gran Premio de Australia y sería raro que no se solucionase. Otra cosa es que incluso cruzando los dedos y encontrando justificación para lo visto en Montmeló, el Williams de este año sigue pareciendo tan poco agresivo en comportamiento como sus antecesores.

Bien está que sea la primera temporada con Paddy Lowe a los mandos [Las ideas de Paddy Lowe], que la campaña pasada fuese un año perdido debido a la salida de Valtteri Bottas y al retorno in extremis de un Felipe Massa muy pasado de fecha de caducidad, pero repito: Williams, si quiere apuntar alto en 2019 debería haber comenzado por intentar acercarse a Brackley en 2018 formando parte del grupo de cabeza junto a Red Bull y Ferrari desde el minuto uno. Mimbres tiene de sobra: un buen cuadro técnico, un tío muy solvente al frente del cotarro. Está Claire, una de las personas del paddock que tiene la cabeza mejor fijada al cuerpo, y tres conductores que sin ser la bomba por separado, hacen un conjunto mucho más bonito y prometedor que el de 2017. Y que no se nos olvide, cuenta, además, con el mejor propulsor cliente de la parrilla, consecuencia del traspaso de Bottas a Mercedes AMG.

No, no parece de recibo esta sensación temprana de que el FW41 nos va a dar en 2018 otro añito de los muchos que nos viene regalando la de Grove.

Y eso, que os leo.

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