domingo, 11 de marzo de 2018

Contraanálisis 16 [Mercedes AMG]


Nos vamos a dejar de obviedades y vamos a ir directos al grano: el W09 de Brackley sigue pareciendo el gran enemigo a batir esta temporada, pero no deja de ser un vehículo muy continuista cuyas enormes virtudes pueden tener los días contados, o no, vaya usted a saber [Contraanálisis 06 (Mercedes AMG W09)].

Lo visto en Barcelona no deja mucho lugar a dudas: a día de hoy está muy por encima de sus rivales y prácticamente no ha habido jornada en que no lo haya hecho notar. Va fortísimo en recta y en curva ha logrado una fabulosa estabilidad gracias a que viste la mayor distancia entre ejes de toda la parrilla —a ver si charlo un poco sobre esto mismo mañana o pasado—, pero penaliza en las curvas de radio corto y tiene que tirar de tracción, lo que lleva a cierto maltrato en las gomas, y seguramente en los frenos también.

En líneas generales, el W09 se centra en lo que decíamos hace unas semanas: la velocidad punta gracias al enorme potencial del propulsor Mercedes-Benz, sacrificando un tanto las zonas viradas porque con la ventaja adquirida a alta velocidad le basta y le sobra para lograr buenos tiempos.

A pesar de lo mencionado hace dos párrafos, cuida bastante bien los neumáticos salvo en los casos apuntados. Dicho lo cual, la mayor parte del kilometraje alcanzado lo ha resuelto con compuestos medios, circunstancia que podría apuntar a que en Brackley no han querido mostrar su debilidad más allá de lo aconsejable. ¿Irá bien con gomas más blandas? Hombre, es pronto para decirlo, pero yo diría que no existen razones para pensar lo contrario, al menos de momento. 

Parece su punto más débil, aunque gestionando adecuadamente la entrega de par y afinando la aerodinámica que va debajo del tren delantero no veo que no tenga rápida solución, entre otras cosas, porque al W09 le sobra margen por todos los lados. 

Montmeló es un trazado promedio y aquí se apuran las configuraciones maestras (llemémoslo así) que servirán de base para las que se adopten en cada circuito del Mundial, y también se recogen los datos necesarios para establecer en qué rangos van a trabajar las cajas de cambios —se hace de golpe, se define cuál se usará en cada prueba, se pasa a la FIA antes de Australia y las elecciones no se pueden modificar durante el calendario—, de manera que podemos decir que Mercedes AMG ha trabajado estas dos semamas buscando las medias de comportamiento del coche más que sus perfiles más agresivos.

Como decía más arriba, Brackley tiene margen de sobra, por motor y por concepto. El problema estriba en que Red Bull puede estar más cerca de lo que parece y ha hecho en Barcelona más variedad de deberes, incluso con las gomas...

Os leo.

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