martes, 24 de abril de 2018

Resistencia en modo «cuñao»


Conviene ir tomando posiciones porque la densidad de cuñaos por metro cuadrado va a crecer exponencialmente a partir de comienzos de la semana próxima, y qué mejor manera de pasar desapercibido que hacerse pasar por uno de ellos. ¡Ahí, con dos avellanitas y un palo!

¿Conocéis aquello de que la forma más apropiada de ocultar un árbol es plantándolo en mitad de un bosque?, pues aplicaros el cuento antes de que comience el tradicional reparto de carnés de aficionado, que luego siempre será tarde, como en el anuncio, y por cualquier tontería podéis caer en una emboscada de cuñaos de estirpe prácticamente sin comerlo ni beberlo.

Así las cosas, tampoco pretendo elaborar esta mañana un manual rápido de supervivencia porque pareciendo un cuñao entre cuñaos tenemos hecha la mayor parte del trabajo de camuflaje. El resto, como en todo, consiste en ir adquiriendo experiencia y mimbres, para lo cual, recomiendo encarecidamente que además de leer y ver abundante material del bueno, que lo hay, os pilléis un cuñao de redes sociales asequible pero ya curtido, y os hagáis tan cercanos a él como os sea posible pero sin que apenas note vuestra presencia, un poco como hace Milhouse con Bart en los Simpson.

Bien, lo tenemos... y tranquilos, que en tres pinceladas estaremos listos para salir al mundo y caminar por nosotros mismos sin que nadie nos tome de la mano.

El primer dato importante a tener en cuenta es que la Resistencia consiste, como su propio nombre indica, en resistir y llegar a la meta, lo más arriba que sea factible y a ser posible ganando la carrera.

Esto nos pone en que la mecánica es importantísima aquí, mucho, y que todo funciona alrededor del concepto sacarle provecho sin estropearla, y también, que habrá partes de la prueba en las que si la actividad en pista lo permite, la estrategia sacrificará sin miramientos los fuegos artificiales (vueltas rápidas y excesos de todo tipo, etcétera) con tal de que el coche llegue entero a la meta.

El segundo dato pasa por entender que corren cuatro categorías de vehículos juntas y que todas disputan la misma prueba, es decir: todos los vehículos tienen derecho a pelear una posición independientemente de a qué categoría pertenezcan, siempre y cuando la acción sea legítima. En todo caso, que es a lo que vamos, que no nos extrañe la posibilidad de esta sana competencia porque es el pan nuestro de cada día en Resistencia. Nadie cederá un palmo gratuitamente y nadie dejará de luchar por un centímetro de asfalto que considere suyo.

Y el tercero, y último por hoy, atañe a los pilotos, ya que no corren en modo personal sino formando parte de un equipo. Por tanto, el setup general del coche no mirará la calidad de uno de ellos sino que será el resultado de un promedio entre los tres integrantes. Los equipos cuidan mucho que las tripulaciones estén bien equilibradas y elaboran la estrategia de relevos atendiendo a la idiosincrasia de cada uno de ellos, porque lo importante es lo que decíamos más arriba: que el coche llegue entero a la meta y lo más arriba que resulte posible.

Venga, otro día charlamos sobre la importancia del trabajo de los mecánicos y la actividad en los garajes...

Os leo.

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