sábado, 21 de abril de 2018

Todo será distinto


El WEC (World Endurance Championship FIA) está a puntito de comenzar y en prácticamente nada empezaremos a comprobar lo dura que resulta la vida del friqui, que si los días nos dan para poquito con el ajetreo normal y el estar al cabo de la calle con la Fórmula 1, no os quiero ni contar cómo se van a poner de cuesta arriba si integramos en la ecuación a Madame la Résistance.

Bernie, avispado como pocos, se sabía esta historia y alguna que otra más, y nos ahorraba disgustillos y quebraderos de cabeza manteniendo bien alejadas ambas especialidades, pero se ha acabado imponiendo la realidad, testaruda como una mula, y puesto que a los pilotos lo que les gusta es conducir a todas horas, siquiera un kart o un triciclo, en 2018 nos lo vamos a pasar bomba amén de poner a prueba la resistencia (en minúsculas) de nuestros respectivos materiales, que ya digo que salvo para los friquies muy friquies, todo esto puede resultar bastante duro de llevar.

Imagino que dosificándonos un poco lo tendremos arreglado los que ya acumulamos una edad y no disponemos de tiempo para estar a todo y amar apasionadamente el motorsport. La hipoteca, el trabajo (quien lo tiene), el paro (quien lo sobrelleva o huye de él), la trimestral, la declaración de La Renta, los avatares diarios, mis abuelas, vuestras respectivas responsabilidades, las de todos... En fin, vienen meses hermosos pero exigentes para el aficionado, y la cosa empieza en diez jornadas escasas, aunque la prensa abrirá la veda antes.

Long, long ago, esto venía a ser el pan nuestro de cada día. Posteriormente el asunto se complicó por lo que contaba de Bernie hace un rato y porque las temporadas de Fórmula 1 son maratonianas y entre carreras, cláusula de contrato, simulador y eventos publicitarios, a los conductores oficiales apenas les quedaba tiempo para nada. Nico Hulkenberg ha sido, en este sentido, el último poeta que hemos podido disfrutar poniendo el pie en ambas disciplinas, y con victoria en Le Mans.

Pero a lo que vamos. En menos de dos semanas los vehículos del WEC comenzarán a rodar en Spa-Francorchamps para disputar las 6 Horas que llevan el nombre del bendito circuito belga. En principio es una prueba de las denominadas cortas, aunque en realidad este tipo de carrera es la más habitual en el campeonato, pues salvo la visita a Sebring (1.000 millas, unas 8 horas) y a Le Mans (24 horas seguidas), todas las demás están tasadas en este arco horario. Es decir, las que son realmente especialitas van a ser la disputa norteamericana y la francesa.

Dicho lo cual, Spa-Francorchamps es un viejo conocido para nosotros pero tampoco os dejéis llevar por esta sensación, ya que debido a las enormes diferencias que existen entre vehículos de una y otra modalidad, así como el valor estratégico residente en cada una de ellas, idiosincrasia de la prueba, duración, normativa aplicable, tipo de rivales, etcétera, etcétera, etcétera... un largísimo etcétera en realidad, el aficionado asiduo a la máxima disciplina del deporte del automóvil lo va a poder disfrutar como nunca antes ha hecho.

Y es que todo parecerá igual, pero a la vez, todo será distinto, muy distinto, infinitamente distinto.

Os leo.

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