viernes, 8 de enero de 2016

[Mercedes AMG] Punto y seguido


Termino con ésta, la serie dedicada al estado de forma que nos dejó la temporada pasada en cuanto a escuderías se refiere, pero: ¿qué decir de la de Brackley?

Asumiría sin pestañear que el W06 es uno de los mejores coches de todos los tiempos, si no fuera porque el reglamento que estrenamos el año pasado es uno de los peores de todos los tiempos, y disculpadme la iteración.

Sin apenas margen de maniobra porque la normativa técnica lo impide. Sin entrenamientos adecuados, con límite de horas de túnel de viento y computadoras, hoy más que nunca, quien da primero da dos veces, ya que los rivales apenas disponen de capacidad de respuesta a lo largo de la campaña. Y si además, lo hace partiendo con cierta ventaja, ni os cuento cómo queda la melodía.

En fin, admitamos que los de la estrella de tres puntas han vapuleado por segundo año consecutivo a la totalidad de su competencia, consiguiendo incluso, el extraño hito de hacer que las victorias de su principal contrincante, es un decir, hayan pasado por galanterías de la anglo-germana ejecutadas con la intención de que el espectáculo no se desinflara como un suflé.  

Hagámonos los tontos de paso, y olvidemos el Pirelligate posterior al Gran Premio de España 2013, y que como afirma Bernie, Mercedes-Benz pudo disponer de información extremadamente sensible mucho antes de que El Circo adoptara las modernas unidades de potencia, y sí, acepto que nos sale una maquinaria perfectamente engrasada que despojada de contexto y gracias a los números, puede pasar a los anales de nuestra historia deportiva como uno de los diseños más dominadores.

Tampoco ha sido todo un camino de rosas. Brackley está en busca y captura desde la pasada sesión. Ha perdido en el camino el FRIC, el subterfugio en la alimentación de gasolina, la anulación de las ayudas del muro en la salida y ya a las bravas, la bendición de Pirelli a partir del Gran Premio de Bélgica de esta temporada. No obstante, siempre ha salido ilesa si no más fortalecida, lo que nos pone en que si el W05 y W06 no son el MP4/4 de McLaren o el FW14 de Williams, sí han dispuesto de suficiente superioridad aérea en 2014 y 2015 como para terminar pareciéndose a tan maravillosas criaturas.

Basta recordar al hilo, que a Lewis Hamilton le dijo su ingeniero Peter Bonnington en Monza: «tira p'alante y no hagas preguntas», para que el británico se sacara de la manga lo que no había utilizado ni estaba escrito, y para que imaginemos nosotros lo que guarda todavía Mercedes AMG...

Lewis Hamilton se ha coronado como tricampeón del mundo con una plataforma casi perfecta, para qué lo vamos a negar, que sólo ha cedido terreno, bien para dejar ganar a Ferrari, o bien para superar las zancadillas que la propinaba la egregia institución que dirige la cosa, mientras Maranello sacaba pecho. Y Nico Rosberg quedaba por segunda vez consecutiva como subcampeón del mundo, a bordo de una iniciativa que por asolación, puede terminar con la paciencia del más pintado.

Pero todo esto hay que dirigirlo y controlarlo desde el muro y en los despachos. Cosa nada fácil, ya que como decía el anuncio de hace unos años: no hay potencia sin control.

Y aquí es donde encuentro el único pero reseñable en esta historia. Ni Toto ni Niki, ni Lewis ni Nico, han sabido dar la talla ante una situación tan favorable. Los problemas internos han opacado las virtudes del proyecto, y si eso no tendría un pase en Manor, por poner un ejemplo, menos en Mercedes, equipo que tras los éxitos cosechados en 2014, y visto lo visto en 2015, acaba de firmar un punto y seguido que tendrá, dentro de toda lógica, su prolongación natural en 2016 con el W07.

Os leo.

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