lunes, 19 de marzo de 2018

El Pepe de nuestra película


No tengo muchas ganas de hablar de Jean Todt pero si uso agenda es para hacerla caso, ¿no?

El asunto es que en la página correspondiente a hoy tenía escrito: «19 de marzo, festividad de San José. Felicitar a los Josés y Josefas y Josefinas, Pepes y Pepitas. Escribir sobre Jean Todt porque es el padre putativo de nuestro deporte y un salao de tomo y lomo...»

No me miréis raro.

Nominalmente la FIA es la madre del motorsport FIA y por ende, de la Fórmula 1. En consecuencia, Jean Todt, monsieur le Président, sería su padre. Pero como el tinglado pertenece a Liberty Media aunque la norteamericana no aparezca en el Libro de Familia, el de Pierrefort sería el padre putativo —en latín puto significa pensar, y putativo, cuyo significado es considerado o reputado, debe ser entendido entonces «según se piensa» o «según se cree» [Padre putativo o padre adoptivo]. 

Una cosa lleva a la otra, y como al bueno de San José siempre le seguía la abreviatura p.p. (padre putativo), aquí encontramos el origen de que a los José se les llame también Pepe. Así que Jean Todt, aunque responda al nombre de Juan, es nuestro Pepe en F1 y por esto mismo se hacía merecedor de que le dediquemos al menos unas palabras en el día de su onomástica. Dicho queda.

Y bien, ¿de qué hablamos? Pues vamos a hablar de él en los mismos términos que si fuese un animal político, que lo es, que vela únicamente por sus intereses y al que le gusta el poder más que a un tonto una tiza.

Sinceramente, observarlo desde otra perspectiva me parece un error de bulto y un auténtico desperdicio. Esta óptica, por ejemplo, explicaría a la perfección por qué el poder de Ferrari y su puesto en el Consejo Mundial de Deporte eran buenos cuando el protagonista de esta entrada se labraba un bonito curriculum en la italiana, y por qué ahora, cuando él está enfrente, son malos para la estabilidad del negocio y la competición.

Todt salió atravesado de Maranello y ésa es una espinita que tiene clavada desde tiempos de Montezemolo. No es tifoso, y haríamos mal en considerarlo así. Con Bernie no tenía nada que hacer y se mostraba renuente a asomar las orejas cuando no literalmente sumiso en sus pocas apariciones en público, pero se lleva bien con Ross Brawn y ahora mismo está aprovechando el tirón.

¿Es bueno. Es malo todo esto? Es lo que es: Jean Todt en estado puro. Como decíamos hace unos párrafos, el galo es un animal político perfectamente capaz de decir que llueve y que está seco en la misma frase. Él es el motivo principal de todo porque todo tiene que circular a su alrededor siempre y cuando las circunstancias lo permitan. Tiene un ego tan desmesurado que si se cae se mata de lo alto que observa el mundo, y hoy también sería su día aunque no fuera el Pepe de nuestra película. ¿Cómo no íbamos a dedicarle unas líneas?

Os leo.

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